Gerard Piqué tan pronto consigue el patrocinador principal del Barça (Rakuten) proporcionándole al club 35 millones anuales, que organiza la Copa Davis o un Mundial de globos. Igual preside el Andorra que atiende sus negocios, que juega a fútbol con el Barça en sus ratos libres. Con la misma alegría que participa en experimentos digitales encaja sus derrotas con el Barça. El Barça forma parte de su vida, pero no es su vida, como él mismo le aconsejó a Dembélé que debería ser.
Piqué ya no es el que fue. Tiene 34 años y el reloj biológico pasa factura. Como les sucede también a Sergio Busquets y Jordi Alba. Son tres jugadores que entrarán en la historia del Barça como mitos que fueron y que ofrecieron un rendimiento excepcional. Pero eso fue antes. Los tres mitos están tirando por tierra ahora el prestigio que se ganaron a base de esfuerzo y talento en el pasado.
Y ahora los tres tienen mando en plaza. Han pasado los años y se han ganado los galones a base de veteranía, que de eso sí van sobrados. A Piqué le ha costado más. Es capitán por eliminación y descarte. Lo intentó durante mucho tiempo en sus años mozos, pero sus compañeros nunca le votaron. Pero ahora sí. Ahora manda. Mandan Piqué, Busquets y Jordi Alba. Y así le va al Barça.
No les gustaba Valverde y se lo acabaron cargando. No les gustaba Setién y lo liquidaron. Y ya se han sacado de encima a Koeman. Y mientras tanto, se van acumulando las debacles de Roma, Anfield, Lisboa, PSG, Bayern, Benfica... Y ellos siguen ahí.
El miércoles perdieron en Vallecas. Busquets admitió que "me dormí y me robaron la cartera" perdiendo un balón en el centro del campo que permitió al veterano Falcao convertirlo en gol mientras Piqué intentaba evitarlo en 'modo espectador'. Un gol, el de la derrota, el del despido de Koeman, elaborado por la capitanía general del equipo, por veteranos que tienen mucho peso en el club pero que sobre el césped mandan poco o nada.
Si el objetivo era cargarse a Koerman, prueba superada. Bartomeu explica a todo aquel que quiere escucharle que su gran error como presidente fue no hacer limpieza y cargarse por lo sano a los veteranos. Según él, mandaban demasiado y convenía sacarles del vestuario. Pero no se atrevió.
Y ahí siguen, esperando que llegue Xavi, a ver si tiene el valor de echarles. El control que ejercen en el vestuario lo reflejan en las redes sociales. Mientras Pedri le agradece a Koeman en Instagram lo que ha hecho por él llamándole de usted, Piqué le despide tuteándole. Era su jefe, pero le trata como si fuera un colega más. No es un detalle trascendente, pero sí significativo. Piqué y la plana mayor de ese vestuario van demasiado sobrados... y así le va al Barça.
Ha sido un placer enorme estar a tus órdenes @RonaldKoeman. Te deseo toda la suerte del mundo en el futuro. Un fuerte abrazo míster. pic.twitter.com/HGoFtztDNh
— Gerard Piqué (@3gerardpique) October 28, 2021