La bronca que protagonizaron Gerard Piqué y Mark-André Ter Stegen sobre el césped del Camp Nou en pleno clásico retrata la realidad que se está viviendo ahora mismo en el vestuario del Barça. No todos reman en la misma dirección, la unidad ha desaparecido y se imponen las capillitas y la lucha de bandos.
Esa tensión comienza a notarse en el vestuario blaugrana y ya empiezan a salir a la luz los reproches entre jugadores que no comparten la idea de juego del equipo y que generan mal ambiente en los demás. Dos pesos pesados, Piqué y Ter Stegen, lideran las tensiones.
De hecho Ter Stegen ya se las tuvo con Leo Messi, a quien culpó de las debacles del Barça en Roma, Anfield y Lisboa por su pasotismo defensivo. El portero alemán entendía que el equipo debía presionar con once cuando no tenía la pelota. Pero lo hacía con diez, porque Messi se inhibía en tareas defensivas, y ahí comenzaban los problemas para la defensa.
Messi aguantó el tipo mientras su genio le dio para que sus acciones magistrales pesaran más que sus defectos en la balanza. Pero últimamente el argentino ya no decidía partidos y sí participaba en los grandes fracasos con su desidia defensiva, algo que nunca le perdonó el portero alemán.
Ahora Ter Stegen tiene problemas con Piqué. En el clásico se las tuvieron tiesas sobre el césped. Y la discusión continuó en el vestuario al término del partido. El cancerbero alemán, al ver al central quejándose de un penalti que no era, le lanzó reproches en el mismo campo, a la vista de todo el mundo.
Ter Stegen no está teniendo una temporada afortunada y culpa a su defensa porque le dejan vendido. Y ahí choca con Piqué. De mentalidad cuadrada, el alemán no puede entender que Piqué viva estresado atendiendo sus negocios y sus múltiples ocupaciones en lugar de centrarse en su profesión.
Y Piqué está harto de los reproches de su compañero, de que se lo tome todo tan a pecho y de que no sea capaz de soportar una broma. Pero Ter Stegen le reclama que proteste menos y que esté más atento a lo que sucede en el terreno de juego.
No le ha gustado nada que se dedique y le preste más atención a otras cosas, como el Mundial de Globos, cuando la situación del cuadro blaugrana es muy delicada. Por eso, ante su imagen protestando al árbitro, no dudó en recriminárselo. Y es que cada vez hay más gente que considera al alemán el capitán sin brazalete del Barcelona y lo demuestra llamando la atención a cualquier peso pesado del vestuario.
Ter Stegen, muy partidario de la autocrítica, ya ha reprochado muchas a Piqué en el pasado declaraciones incendiarias contra los árbitros o los rivales recordándole que debe hablar a título particular y no en nombre de sus compañeros de equipo.