El lado oscuro de Laporta. Capítulo 72: El todepoderoso cuñadísimo (V)

El lado oscuro de Laporta. Capítulo 72: El todepoderoso cuñadísimo (V)

| 2021-10-16

| Administrador

Capítulo 72 del libro "El lado Oscuro de Laporta", de Pedro Riaño, en el que repasamos todos los detalles del primer mandato de Joan Laporta como presidente del Barça para entender su comportamiento en la actualidad. En este caso recordamos al cuñadísimo Alejandro Echevarría, un franquista patrono de la Fundación Francisco Franco dentro de una junta de marcado cariz independentista. Con Laporta era posible la cuadratura del círculo.

El debate es si Laporta mintió

El excandidato Jordi Majó aportaba su punto de vista al polémico tema: “Echevarría dirigió todo su discurso a la vertiente ideológica, cuando el debate debería centrarse en si Laporta mintió (…) El papel de la junta ha sido esperpéntico. Es mentir sobre la mentira. Para ellos un papel de un tal señor Morales tiene más validez que un documento oficial del Ministerio de Cultura”. Y eso que el presidente tenía conocimientos y formación jurídica.



Joan Trayter, ex presidente de la junta provisional que gobernó entre Reyna y Laporta, no salía de su asombro: “Es muy fuerte que el presidente mienta. Impensable e indigno de este club”. Y Minguella se hacía cruces porque “un señor no puede utilizar las instalaciones del Barça a título personal sin que la directiva se pronuncie de forma oficial (…) Me molesta que actúen como si el socio fuera tonto, especialmente cuando su bandera durante muchos años fue la de la transparencia”.

Echevarría lo había reconocido

Ese mismo día, en el editorial de e-noticies.com Xavier Rius escribía que  "Si yo fuera Echevarría dimitiría (...) Sólo hay que escuchar las tertulias y repasar los titulares para constatar que sus explicaciones no se las cree casi nadie (...) A excepción de La Vanguardia, que está jugando con su propia credibilidad informativa, de Antoni Maria Espadaler, que lo defendía con vehemencia en el programa de Jordi Basté el martes pasado. Incluso el Avui, que tampoco había publicado ni una línea el día antes, hablaba ayer de "situación confusa” (...) Tampoco acabo de entender que ahora lo niegue, porque la única vez que él y yo hemos hablado por teléfono -mira por donde mi número se lo dio un dirigente de CiU, curiosa conexión- me admitió que sí había sido miembro de la Francisco Franco. (...) La cuestión es si Joan Laporta ha mentido o no. El editor del Sport, Josep Maria Casanovas, después de su elección lo comparó -probablemente para hacerse perdonar los pecados- con en Kennedy. Pero espero que no acabe como Richard Nixon. De hecho, el presidente del Barça se ha metido en este lío él solo".



El suegro, también de actualidad

El 14 de octubre de 2005 El Periódico informaba de una noticia cuando menos inoportuna: “Juan Echevarría, suegro de Laporta y padre de Alejandro Echevarría, figura como ponente en la cuarta sesión de la Escola de Tardor de Catalunya que tendrá lugar en Calella de Mar del 21 al 23 de ese mes. Esta escuela está auspiciada por la Plataforma 2003 Pro Memoria José Antonio Primo de Rivera. Echevarría Puig defenderá la ponencia que lleva por título “Centrifuguismo y centripetismo en España: los nuevos proyectos estatutarios”. Hace un año el empresario ya pronunció en el mismo escenario la conferencia “Los planteamientos de las fuerzas políticas españolas ante los separatismos en general y ante el catalán en concreto”. Es de suponer que esta información también le cogería por sorpresa al presidente del Barça después de airear públicamente el escaso conocimiento que tenía acerca del pensamiento político de su familia. Juan Echevarría era presidente de la sección provincial de Barcelona de esta plataforma, que se creó para conmemorar el centenario del nacimiento de José Antonio Primo de Rivera.

La conferencia del suegro del presidente fue finalmente suspendida. No estaba el horno para bollos.






EL Lado oscuro de Laporta


Morales se contradice

Y el lío seguía. Sport relataba que “El señor Morales, que reconoce haber firmado el documento, ahora entra en la ambigüedad cuando afirma que “yo no estaba en la Fundación cuando se supone que el señor Echevarría se dio de alta y tampoco me acuerdo de si hubo o no una baja, porque yo no soy el encargado de esos temas. Las pruebas “convincentes” con las que amenazaba el fiel Perrín empezaban a evaporarse. Más bien no existían. Más mentiras.



Toni Soler lamenta que Laporta lo encumbre 

Al día siguiente el periodista/humorista Toni Soler ofrecía su opinión en La Vanguardia: “Buenas razones tendrá Laporta, aparte del parentesco, para mantener el sillón de su cuñado contra viento y marea. Aunque le chirríe el alma nacionalista. Aunque se lo reproche su amiga Pilar Rahola. Aunque la junta realice la ofrenda a Rafael de Casanova con una estelada mientras Echevarría hace lo propio en el Valle de los Caídos. Aunque Laporta homenajee a Josep Sunyol, versión azulgrana de Companys, mientras Echevarría simpatiza con su verdugo (…) El Barça es un club con mensaje, y no sólo desde que Laporta es presidente; también sus predecesores Núñez y Gaspart ejercieron de catalanistas, con más o menos convicción, para respetar la tradición que reza que el azulgrana fue el color de la resistencia al franquismo (…) Una cosa es tener un familiar excéntrico, aprovechado o franquista, y otra muy distinta favorecerle, encumbrarle o, en el caso de Echevarria, otorgarle la representatividad de un club que defiende postulados opuestos a los suyos”.

 


EL Lado oscuro de Laporta


Todos mienten

Ese día El Periódico centraba el tema en su editorial: “El franquismo fue, además de antidemocrático, muy anticatalán y antibarcelonista. Y una cosa es no perseguir a los franquistas por sus ideas y otra promoverles para puestos emblemáticos de instituciones como el Barça. Pero si los socios lo saben y lo aceptan, sí. Lo que es intolerable es mentir para esconder esta situación (…) Según todos los indicios Echevarría ha mentido en este tema (…) Y el presidente del club, engañado por su cuñado o mintiendo a conciencia, tampoco dijo la verdad. Incluso si fue engañado, está en una situación poco airosa, ya que tendría que haberlo verificado personalmente antes de pronunciarse en público en la asamblea del club”.

 

La familia puso a Laporta en la presidencia

Toni Frieros, aunque no en primera persona, advertía en Sport que “algunas voces afirman que, sin el apoyo económico de la familia Echevarría, Laporta no estaría donde está y de ahí vendría la defensa a ultranza, hasta ahora, que Jan hace de su cuñado”. Y, eso sí, lamentaba Frieros que “la oposición ataca con saña a la menor oportunidad”, como si la oportunidad fuera “menor” y olvidando que al lado de la saña empleada por algunos en épocas pretéritas y recientes  -Sport, por ejemplo-, los dardos de la oposición a Laporta no dejaban de ser armas inofensivas.

No convenció a sus compañeros

El 16 de octubre la situación estaba así para Mundo Deportivo: “Echevarría, que anteayer estuvo a punto de dimitir, es plenamente consciente de que las explicaciones que dio después de la reunión de la junta del pasado martes no han convencido a casi nadie y de que sólo cuenta con el apoyo del presidente y de los jugadores. La directiva aceptó sus explicaciones, pero nadie ha salido en su defensa”… Aunque, por supuesto, “la directiva continúa pensando que se trata de una conspiración en la sombra”.

Interviene Txiki

Txiki Begiristain, otro empleado mediático del club, salía naturalmente en su defensa: “Yo soy una persona tolerante. Todo el mundo tiene claro que somos de ideologías diferentes, pero cuando coincidimos hablamos y reímos”. Es decir, tolerancia cero a la violencia… siempre que no se trate de franquismo, un régimen violento con el Barça si creemos a los historiadores bendecidos por Laporta. 

Por sus ideas expulsaron a Moix

Ese día Sport le echaba un capote al cuñado: “Echevarria no está dispuesto a soportar lo que él considera una persecución hacia su persona que sólo busca erosionar al presidente (…) Mirando su hoja de servicios, nadie puede reprocharle nada a Echevarría, pero el Barcelona es una entidad propiedad de los socios. Y al socio no se le puede engañar”. Al final ya no le quedaba más defensa a Echevarría que su hoja de servicios, algo que no estuvo en ningún momento en tela de juicio. De cualquier forma, no parecía razonable exigir ahora que no se le juzgara por sus ideas sino por su trabajo cuando precisamente eso es lo que hicieron con su ex compañero de directiva Jordi Moix, a quien la junta invitó a marchar por sus ideas y no por la eficacia de su labor al frente de la comisión de patrimonio, algo que nadie cuestionó hasta el momento.

Los malos son los delatores

Anna Sallés, viuda de Vázquez Montalbán, rizaba el rizo en El Periódico, muy comprensiva con el pecador y extremadamente preocupada por el delator del pecado: “De Alejandro Echevarría no sabemos hasta qué punto ha mentido o no ha mentido (…) De Joan Laporta no sabemos hasta qué punto ha sido engañado o no (…) Y tenemos los promotores de la operación de desenmascaramiento del malo, de los cuales no sabemos bien qué pretenden.  Teniendo en cuenta la trayectoria de alguno de estos promotores, me cuesta creer que les mueve la preocupación por el pedigrí democrático de los miembros de la junta. Más bien me suena que les mueve el deseo de quitarle la silla al presidente”. Sorprendía que la señora Sallés no supiera calibrar hasta qué punto tenían culpa Echevarría y Laporta después de todas las pruebas publicadas hasta ese momento. ¿No sabía o no quería saber? De cualquier forma, el interés de los “desenmascaradores del malo”, fuera cual fuera, no servía de atenuante a los acusados, por mucho que la señora Sallés lo pretendiera. El nombre de Anna Sallés y su hijo aparecerían posteriormente en informaciones que hablaban sobre el trato de favor recibido por determinadas personas para acceder a localidades de tribuna en el Camp Nou pasando por encima de la lista de espera. Favor con favor se paga.

Una situación que no es nueva para el presidente

Dagoberto Escorcia, en La Vanguardia, ofrecía un nuevo punto de reflexión: “Laporta debe sentirse en este momento como en su día seguramente se sintió Josep Lluís Núñez cuando el que hacía el jaque, el que atacaba con razón o sin ella, como sucede ahora, era el Elefant Blau. Se quejaba el ex presidente de no tener un entorno tranquilo y sí, en cambio, muchos francotiradores a la vuelta de cada esquina que no permitían que su junta trabajara en calma, aunque los resultados deportivos fueran buenos y los económicos también. No resulta difícil imaginar por otro lado lo que hubiera hecho el famoso paquidermo, y el grup de opinió de Ricard Huguet y otros amigos de Laporta con un caso como el que acaba de explotarle en las manos al presidente. No ya en la cuestión de la ideología política del cuñado de Laporta, que a lo mejor el revuelo hubiera sido mayor si se tiene en cuenta el reconocido carácter nacionalista e independentista de los siempre opositores a Núñez, sino en el caso de que se hubiera pillado al entonces presidente en una mentira, en un no ha sido, ni es ni será….”

No dimite y viaja a Atenas con las “filas prietas”

Explicaba Sport el 18 de octubre que “Alejandro Echevarría retira su dimisión y viaja a Atenas. Laporta y Echevarría han optado por la salida hacia adelante”. Se retira la dimisión inicialmente anunciada  y aquí no pasa nada. “Echevarría, al lado de su fiel camarada de junta, Alfons Godall, tomó ayer un avión con destino a Atenas y llegó a tiempo para presenciar sobre el terreno la sesión preparatoria del Barcelona y escenificar, con gesto tranquilo y confiado, el mensaje de que “aquí no ha pasado nada” mostrándose tranquilo ante las cámaras mientras el equipo entrenaba y su cuñado peloteaba con sus directivos peloteros.

Laporta ha valorado que Alejandro Echevarría no sólo cuenta con una hoja de servicios intachable a favor de los intereses del FC Barcelona, sino que además este directivo cuenta con el apoyo incondicional por parte de los jugadores, que no tardaron ni un minuto en manifestarse a favor de quien está más próximo a ellos.

El apoyo de los directivos ha tardado más en llegar y no ha sido tan espontáneo como el del vestuario, pero para cuando toque comparecer ante la prensa las filas de la directiva estarán prietas”. Así las cosas, que digan lo que quieran, que a nosotros nos da igual porque nos encontrarán con “las filas prietas”.

La teoría de la conspiración

La teoría de la conspiración cobraba fuerza en Sport: “En el fondo de esta decisión subyace la idea de que toda esta polémica iniciada con el descubrimiento por parte de Lluís De Val de los papeles que aparentemente vinculaban a Alejandro Echevarría al patronato de la Fundación Nacional Francisco Franco responde a una campaña de erosión de la imagen del presidente. Desde círculos cercanos a Joan Laporta se apunta a que la actuación de Lluís De Val no ha sido a título personal si no que responde a una teoría conspirativa en la que hay más gente detrás que no ha dado la cara”. Esa “más gente” ni dio la cara entonces ni la ha dado nunca. Por tanto, la teoría de la conspiración no era más que el fruto de alguna mente calenturienta dispuesta a ver fantasmas donde no los había y a buscar culpables externos en un asunto que se había generado desde dentro del club. ¿Qué más daba si De Val actuaba a título personal o  representando a alguien? La cuestión era desmontar la acusación de De Val, algo que se convirtió en misión imposible porque le asistía la razón. La única respuesta que les quedaba era “nos tienen ganas”, “van a por nosotros”… Una salida demasiado vista a lo largo del laportismo para justificar meteduras de pata. Fue también utilizada para salir del paso con el escándalo del espionaje o los líos amorosos y las fiestas privadas del presidente en locales públicos. 

Habrá pruebas

El diario Avui también adelantaba la estrategia de Laporta, como si hubiera tenido acceso directo al guión, y explicaba que “Laporta y Echevarría, que ayer viajaron juntos hacia Atenas en un vuelo posterior al del equipo, han apostado por jugar fuerte a partir de la seguridad de que han dicho la verdad. Echevarría mantiene que podrá demostrar que el documento que presentó de su no vinculación a la FNFF, al menos desde el 8 de junio de 2003 -15 días antes de la victoria electoral-, es verídico. En este sentido, según fuentes directivas, el mismo Laporta enseñará mañana nuevos documentos que darían validez a la versión de Echevarría”. Lamentablemente, ni Echevarría aportó más luz al asunto ni Laporta enseñó documento alguno que pudiera desmentir las acusaciones. Sólo eran cortinas de humo. Mucho humo, un elemento ideal para desfigurar cualquier vestigio de transparencia. Pura propaganda.

Seguía Avui: “Fuentes cercanas al protagonista aseguran que si recibe el visto bueno directivo podría presentar una querella contra De Val por difamación”. Tampoco llegó a hacerse efectiva la querella. Lo cierto es que, tal y como reconocía Avui, “lo que el club en principio había catalogado como una cuestión personal de Echevarría, lo ha acabado asumiendo plenamente con Laporta al frente". En este sentido, Emilio Pérez de Rozas advertía en El Periódico: “El presidente dijo en la asamblea que toda la directiva apoyaba a Echevarría. Así que están todos atrapados”. El asunto les salpicaba ya a todos. Había dejado de ser una cuestión personal de un directivo.

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