Parecía imposible, pero Joan Laporta y su "nuevo impulso" lo han conseguido en apenas un par de meses. El Barça de balonmano ya no es un equipo invencible. Hace dos semanas llegó la primera derrota ante el Veszprem en la Champions. Hoy el equipo que han construido Joan Laporta y Enric Masip ha perdido su primer título de la temporada y ha sido apalizado de forma humillante por el Magdeburgo.
Laporta no se rodea de buenos asesores. Porque no puede hablarse de buen asesoramiento a quien le recomienda que despida al entrenador del balonmano para darle un "nuevo impulso" a la sección. A Enric Masip le faltó tiempo para ajustar cuentas pendientes del pasado y nada más aterrizar en el club se cargó al responsable de la sección de balonmano, el mítico David Barrufet, y a su entrenador, Xavi Pascual.
Según justificó Laporta, los cambios se producían para aplicar un "nuevo impulso" al equipo de balonmano. ¿Lo necesitaba? Venía de ganar seis títulos sobre seis competiciones disputadas en la última temporada, sin perder uno sólo de los 61 partidos jugados a lo largo del año.
Pero Laporta cesó a los responsables de semejante "desastre". El técnico Xavi Pascual saltó a instancias del "asesor" Enric Masip, un hombre de balonmano que ahora, con mando en plaza, quería colocar en el banquillo del Barça al amiguete Carlos Ortega. Xavi Pascual le sobraba.
Y a Laporta no le tembló el pulso. Lo que diga su asesor va a misa y echó a Xavi Pascual sin pestañear. Es tal la ignorancia de Laporta de las secciones del club que no sabía que en la última temporada el Barça lo había ganado absolutamente todo.
Y el impulso ya ha llegado. Apenas un mes de competición sin Xavi Pascual y ya ha llegado la primera derrota como resultado del impulso aplicado a la sección por el experto Enric Masip. Y hoy, el Barça ha perdido su primer título siendo apalizado de forma humillante por el Magdeburgo en la final del Mundial de Clubes: 33-28. Y eso que los alemanas aflojaron al final, cuando el resultado era de 33-25, un tanteo que hacía mucho tiempo no se veía en el Barça.
Koeman no será suyo y lo habrá heredado de su antecesor, aunque este verano tuvo la oportunidad de echarle y no lo hizo. Pero Carlos Ortega sí es suyo. Y además el capricho de su fichaje le obligó a pagar traspaso porque tenía contrato en vigor con el Hannover.
A Laporta no le gustaba un técnico que lo ganaba todo. Prefiere al perdedor que ha traído él. Visto así, debería gustarle el rendimiento que está ofreciendo Ronald Koeman.
Lo cierto es que el Barça empieza a acostumbrarse a conjugar peligrosamente el verbo perder. Y no sólo en fútbol. Derrota en la Supercopa de baloncesto, derrota en la Supercopa de hockey. Dos derrotas y pérdida del primer título en balonmano.
Parece imposible, pero Laporta lo ha conseguido: el Barça de balonmano humillado. ¿Era ese el "impulso" que quería darle a la sección? La imagen de un equipo poco trabajado y sin ideas nos ha hecho recordar con nostalgia a Xavi Pascual, cuyo único pecado ha sido no formar parte del clan de Enric Masip.