A diferencia de Sergio Ramos (28 tarjetas rojas), a Alaba no le han expulsado nunca a lo largo de su carrera profesional.
El Real Madrid ha fichado con David Alaba a un jugador top, polivalente y que ha hecho de la limpieza y deportividad una de sus señas de identidad a lo largo de su carrera. Los números no engañan: solo una expulsión y 505 encuentros seguidos sin ver la roja... en el Madrid ya se temen lo peor.
El austriaco ha demostrado durante su carrera ser un defensa de limpieza máxima: solo le han expulsado una vez, y cuando apenas era un juvenil.
De hecho, el futbolista suma 505 encuentros consecutivos sin haber visto una sola roja. Una racha impoluta que el Real Madrid espera que pueda mantener en España. De hecho, Alaba jamás ha visto una tarjeta roja desde que es futbolista profesional.
David Alaba tenía 16 años la única vez que vio una cartulina roja en su carrera. Fue hace 13 años, en 2008, en un partido de la cantera del Bayern Múnich. Desde entonces, su limpieza ha sido máxima y de hecho tampoco es un jugador que reciba excesivas amarillas: 26 a lo largo de toda su carrera.
Si lo comparamos en este sentido con Sergio Ramos, nos encontramos con que el ex capitán madridista ha visto 226 amarillas a lo largo de su trayectoria, mientras que ha sido expulsado hasta en 26 ocasiones, 8 de ellas por roja directa.
Con la llegada de David Alaba a España es el momento de comprobar si Sergio Ramos de verdad era un futbolista merecedor de todas estas amonestaciones o si en realidad eran los árbitros los que se esmeraron en convertirle en uno de los jugadores más tarjeteados de la historia de la Liga.
En el Real Madrid ya intuyen que David Alaba no tendrá el mismo trato en España del que tuvo en la Bundesliga, incluso a pesar de ser un futbolista que comete pocas faltas para la posición en la que juega, central o lateral zurdo habitualmente.
Pronto veremos si David Alaba, un jugador que se ha caracterizado siempre por su limpieza, empieza a convertirse en 'sucio' estadísticamente hablando ahora que ha llegado a España. Sin duda, sería una tendencia de lo más sospechosa...
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