Ronald Koeman ha abandonado con gesto contrariado la reunión de apenas media que ha mantenido en las oficinas del FC Barcelona con su representante, Rob Jansen, el presidente Joan Laporta, el jefe del fútbol blaugrana, Mateu Alemany, y el directivo y hombre de confianza del presidente, Rafael Yuste.
La reunión ha durado exactamente 28 minutos. No había mucho para hablar. A Koeman le han explicado que no cuentan con él para la próxima temporada y su representante ha recordado que están en su derecho, pero que el técnico también está en su derecho de reclamar íntegro el contrato por dos años que firmó el pasado verano.
La conversación se ha encallado en este punto y Laporta ha pedido tiempo para analizar la situación abriendo un compás de espera para una nueva reunión. El presidente esperaba poder llegar a un entendimiento con la rescisión del contrato del técnico, pero el agente de Koeman ha sido claro en ese punto y no se aviene a negociaciones.
Lo trascendente de la reunión es que Koeman ya conoce en primera persona las intenciones del presidente y que sólo seguirá en el Barça si el club no puede hacer frente a su indemnización, algo que le colocaría en una posición incómoda sabiéndose no querido.
Laporta, como sucederá con buena parte de la plantilla a la que quiere despedir, se encuentra atado de pies y manos por la delicada situación financiera del club. En el caso del entrenador, sabe que no podrá contratar a otro técnico hasta que Koeman no haya firmado el finiquito. Eso juega a su favor.