Al igual que la Superliga, la Copa de Europa nació por la iniciativa de los clubes más fuertes del continente con el apoyo del medio francés L’Equipe. En este caso, la UEFA y las federaciones locales de los países presentes respaldaron la idea muy pronto.

Antes de unirse a la Copa de Europa, el Real Madrid tuvo que recibir el beneplácito de la Federación Española y de la Delegación Nacional de Deportes. Una vez conseguida la aceptación, se unió al proyecto. 

Supuso un momento histórico para el mundo del fútbol, justo lo que pretende conseguir Florentino Pérez con la Superliga. El presidente del Real Madrid y ahora también de este innovador proyecto piensa dar un golpe sobre la mesa para modificar el nivel del fútbol europeo. 

Bernabéu dio forma a una competición basada en una liga de dieciséis equipos con partidos a doble vuelta donde se enfrentaban todos contra todos. Se terminó descartándose por ser muy atrevida y se optó por el actual sistema con eliminatorias desde octavos hasta la final aun partido único. 

Santiago Bernabéu fue elegido vicepresidente primero del nuevo Comité Ejecutivo de la Copa de Europa. En este caso, la mitad de 16 equipos procedían de los ganadores de sus ligas domésticas y el resto se fueron añadiendo hasta completar la lista. 

Florentino Pérez conoce al detalle la historia y, como no podía ser de otra manera, ha iniciada la suya propia junto a los mejores clubes del panorama actual para incrementar el nivel de los encuentros. 

Esta iniciativa no ha sentado nada bien a la UEFA que amenaza con sancionar a todos los involucrados en el proyecto, tanto clubes fundadores como jugadores que forman parte de ellos. 

De momento, estas reprimendas no se llevarán a cabo en las competiciones ya iniciadas. Parte de los clubes fundadores siguen activos en Champios y Europa League. 

Aunque las opiniones diversas están muy igualadas, la Superliga no ha recibido la mejor acogida por parte de los que lideran el resto de las competiciones. Todo podría coincidir con una actitud de incertidumbre y miedo por posibles pérdidas económicas.