La jugada del Real Madrid-Elche de la que se queja Sergio Ramos se parece mucho a la de la final de la Champions League en la que dejó KO a Salah
Sergio Ramos actúa según la en la feria en la función del fútbol español. Y de la misma manera que puede decir que él nunca habla de los árbitros un día, al siguiente puede acusarles de actuar con premeditación con el Real Madrid.
Sergio Ramos es así, y la prensa palmera, que le jalea y respalda, también. Ahora ha montado un pollo monumental por un supuesto penalti que le hicieron en el Real Madrid Elcje y que Figueroa Vázquez no consideró oportuno señalar.
Se quejó amargamente ante Figueroa Vázquez, colegiado del Real Madid-Elche disputado este sábado en el Di Stéfano, por un supuesto penalti cometido por Marcone al agarrarlo del brazo y derribarlo en el interior del área.
En la Cadena Cope Ramos manifestó: "¡Que me hace un penalti clarísimo, si no me parte el brazo de milagro! Míralo, míralo, te lo pido por favor que lo mires. Penalti como una casa”. ¿Penalti como una casa? La jugada recuerda a cómo Sergio Ramos dejó fuera de combate a Mohamed Salah en la final de la última Champions League que ha conseguido el Real Madrid.
Sobre la lesión de Salah, que estuvo varios meses fuera de combate, Sergio Ramos dijo: “Se la ha dado una bola que no veas. Dicen que le hago una llave de judo, pero él me agarra del brazo y yo caigo al otro lado. Además se lesiona el otro brazo”, explicó Ramos, que añadió: “Si se hubiera infiltrado en el descanso podría haber continuado, yo lo he hecho”.
Salió a por él, se lo cargó y luego se quejó de que “Cuando hago algo todo se magnifica”, dijo cuando se le acusó también en aquel partido de golpear a Karius, el portero del Liverpool, en la cabeza, lo que podría haber provocado los errores de bulto que le dieron la victoria al Real Madrid en aquella final.
Ese mismo dice que "si Marcone no le parte el brazo ha sido de milagro". Lo dice el que reclama que no se magnifiquen las cosas. Probablemente, si él no magnificara las cosas sobreactuando con su habitual teatro, los árbitros le mirarían de otra forma. Y es que sus sobreactuaciones están bajo la la lupa después de que Lenglet le agarrara en el Camp Nou de la camiseta hacia la derecha y él saliera volando dando volteretas hacia la izquierda. Otra vez que estuvo muy cerca de perder el brazo.
Sergio Ramos cambia de opinión según su conveniencia. Un día dice que en el Real Madrid no se habla de los árbitros para justificar sus derrotas y al siguiente afirma sin rubirizarse (y sin sanción) que los árbitros actuan premeditamente en contra del Real Madrid. Es el criterio cambiante del capitán del Real Madrid, el máximo exponente del señorío chaquetero.