Un Messi lamentable, penoso y vergonzoso conduce al Barça al abismo y le lleva a perder la final de la Supercopa ante el Athletic.
Durante 15 años la táctica del Barça ha sido darle balones a Messi para que solucione los partidos. Y habitualmente ha salido bien. Pero Messi ya no es el mismo. Ahora resta más que suma. Y darle balones a Messi es sinónimo de derrota, como en Roma, como en París, como en Anfield o como en Lisboa. Y como en Sevilla. También en la final de la Supercopa el Barça ha pagado cara hoy su dependencia sobre Messi. Darle balones al argentino no sólo no sirve para ganar partidos, sirve para perderlos.
Y el Barça ha perdido la final de la Supercopa ante un rival inferior, ante un rival al que acababa de ganar en San Mamés sin despeinarse, ante un grupo de chicarrones por el que ningún grande pagaría un euro por tenerlos en sus filas. El problema del Barça es que ha jugado con Messi. Ha jugado con diez. Ha jugado a buscar al argentino y el argentino se ha escondido y nadie le ha encontrado. El Barça ha defendido con diez y ha atacado con diez. Y para redondear su actuación, le ha proporcionado un puñetazo a Villalibre que le ha valido una tarjeta roja que debería hacerle caer la cara de vergüenza.
Él decidió jugar y su decisión ha conducido al Barça al fracaso. Hoy Messi ha sido más tóxico y nocivo que nunca. Y el Barça debe hacer borrón y cuenta nueva. En la foto de los fracasos de los últimos cinco meses siempre aparece Messi. Las caras van cambiando, pero Messi siempre está ahí, fracasando y culpando a sus compañeros de que "no dan" y "no alcanzan" para ganar títulos. Su rendimiento en la final de la Supercopa ha sido sencillamente vergonzoso e indigno de un futbolista que cobra 100 millones de euros al año. Y ya no es que no marque diferencias ni muestre un nivel superior al resto. El problema es que ahora su rendimiento está por debajo del resto. Y hoy el Barça ha perdido por su culpa.
La salida de Messi del Barça es urgente. Este equipo seguirá condenado al fracaso mientras Messi sea su jugador franquicia. El gran Messi ya es historia, el gran Messi no existe. Lo que sale ahora a jugar es una caricatura y es mejor que deje de engañar al Barça y se vaya a tomarle el pelo a otro club. Aquí ya le hemos aguantado demasiados fracasos. 100 millones exigen mucho más. Y a este nivel, Messi tendría que pagar por jugar en el Barça porque no se gana el sueldo.
La primera parte ha sido insulsa y aburrida. Los dos equipos se tenían mucho respeto y apenas han arriesgado buscando desnivelar el marcador. Hasta que ha llegado el gol de Griezmann, en el minuto 40, en una jugada de ataque bien trenzada por el Barcelona que ha sido respondida por el Athleticun minuto más tarde aprovechando De Marcos un error garrafal de Jordi Alba.
El Athletic ha tendido una tela de araña que ha alejado al FC Barcelona de su área, impidiéndole penetrar entre líneas y acercarse a la meta de Unai Simón. El Barça se ha dedicado a verlas venir, sin presionar con convicción y sin buscar la portería contraria con decisión. Messi ha acabado jugando finalmente, pero de poco le ha servido al FC Barcelona, que no ha logrado hacerse con el mando del partido, probablemente porque la presión del Athletic era más decidida que la que ponían en práctica los hombres de Koeman.
En la segunda mitad el nivel de juego no ha mejorado. Ha marcado Griezmann y ha respondido Villalibre a dos minutos del final forzando la prórroga. Ni Barça ni Athletic han forzado situaciones de gol y el empate hacía justicia a lo sucedido en el terreno de juego, en donde Messi no apareció en ningún monento. De hecho, el Barça jugaba con diez, porque Messi ni atacaba ni defendía. Era un espectador de lujo sobre el terreno de juego.
Koeman se la jugó sustituyendo a Dembélé por Braithwaite a poco del final, y se quedó sin la pólvora del francés en la prórroga. Aquí se equivocó Koeman. Y en el tiempo suplementario Iñaki Williams ha sorprendido al Barça con un golazo en el minuto 93 que ha sentenciado la final. Era el castigo que merecía un Barça apático y desganado. Koeman ha sacado a Riqui Puig, el apestado, para solucionarlo y sacar las castañas del fuego. Messi seguía en la inopia y hacía falta alguien con talento para solucionar la papeleta.
Riqui no sirve para el Barça, pero sí para solucionar los errores de sus compañeros. Pero no ha solucionado nada. el Barça jugaba con 10, con Messi ausente. Fue el propio Messi quien se metió en la alineación por real decreto, y Koeman, que pensaba dejarle en el banquillo a la espera de acontecimientos, tragó. Y Messi se ha borrado del partido y ha puesto el colofón a su nefasta actuación propinando un puñetazo a Medialibre que le ha valido la expulsión a poco del final. Lamentable fin de fiesta de Messi.
Y lamentable la actuación arbitral. El Athletic, con el 3-2, se ha limitado a practicar el antifútbol, con constantes agarrones que no han sido sancionados. El juego ha sido parado constantemente por el teatro de los vascos. Y luego la expulsión de Messi. Apenas se ha jugado en la segunda mitad, los jugadores del Athletic han recurrido al teatro y a las malas artes agarrrando, agarrando y agarrando. Tres agarrrones iguales a De Jong sólo han visto una tarjeta amarilla. Los tres han sido iguales, pero sólo uno ha sido castigado de acuerdo al reglamento.
Y al final, dos minutos de tiempo añadido. Al Real Madrid le dieron ocho para intentar remontar ante el Athletic en la semifinal. Al Barça, dos. Y a los dos minutos y dos segubndo, el árbitro ha pitado el final. Así funcionan las cosas.
El Barça le pone un borrón a la primera final de la temporada. Penoso.
Ter Stegen, Dest (Mingueza, 46'), Araujo, Lenglet (Trincao, 105'), Alba, Busquets (Riqui Puig, 97'), De Jong, Pedri (Pjanic, 88'), Messi, Griezmann y Dembélé (Braithwaite, 88').
Unai Simón, Capa (Berenguer, 81'), Yerai Álvarez, Íñigo Martínez, Balenziaga (Lekue, 83'), Óscar de Marcos, Vencedor (Vesga, 81'), Dani García, Muniain, Iñaki Williams (Morcillo, 105') y Raúl García (Villalibre, 83').
1-0, Griezmann (40'). 1-1, De Marcos (42'). 2-1, Griezmann (77'). 2-2, Villalibre (90'). 2-3, Williams (94').
Gil Manzano (colegio extremeño). T.A.: Lenglet (12'), Alba (115')/Dani García (66'), Villalibre (109'), Morcillo (110').
Partido correspondiente a la final de la Supercopa de España disputado en el estadio de La Cartuja a puerta cerrada.