Florentino está dolido con Ramos porque no acepta la oferta de dos años que rompe la norma del club con los jugadores de su edad.
Sergio Ramos y Florentino Pérez prosiguen con un pulso que el madridismo no entiende. El buque insignia de la plantilla blanca, el gran capitán vencedor en mil batallas, no se pone de acuerdo con el club, no renueva y en este momento está en condiciones de negociar con quien quiera para marcharse libre el 30 de junio.
El club y el jugador mantienen un tira y afloja que no es nuevo y ya se vio en anteriores vencimientos del contrato del central de Camas. Cada parte utiliza sus bazas. Sergio Ramos no acepta la propuesta de Florentino, que le ofrece tres años cobrando lo mismo y adaptando su salario a las necesidades del club por el tema del Covid-19 y la reducción de ingresos.
De hecho, manteniendo su actual contrato y reduciendo el 20% propuesto por el club por el asunto de la pandemia, Ramos dejaría de ganar alrededor de cuatro millones y medio de euros a los que no quiere renunciar.
Sergio Ramos quiere más que los 14 millones netos que está cobrando a día de hoy. Y no se cree el interés del club blanco por David Alaba, a quien están utilizando como farol para meterle el miedo en el cuerpo al jugador, dado que para nadie es un secreto que, aún saliendo gratis del Real Madrid, a Ramos le va a costar mucho que un club le ofrezca más de 14 millones netos de salario y dos años de contrato cuando ya está a punto de cumplir 35 años.
Por otra parte, a Ramos no le ha hecho gracia que el club utilice a Alaba como arma arrojadiza para presionarle. Entre otras razones porque tiene contactos den el Bayern que le han informado de lo que cobra el central austríaco en el Bayern y le parece insuficiente. Alaba percibe 10 millones netos al año y Ramos no se cree que pudiera llegar al Real Madrid cobrando menos. Es decir, que Ramos no se cree que el Real Madrid esté negociando con Alaba (al que tendría que pagar más de lo que pide él) y ve en la jugada un farol sin más objetivo que convencerle para que acepte las condiciones que le impone el club.
Por otra parte, Florentino Pérez está decepcionado porque Ramos no valora que el club está dispuesto a ofrecerle dos años rompiendo la norma que históricamente se mantiene en el Bernabéu con los futbolistas de su edad, renovándolos de año en año.
Pero el capitán blanco juega sus cartas y presiona para conseguir lo máximo en el que será su último contrato como profesional. Él quiere seguir en Madrid y en el Real Madrid, pero obteniendo un contrato que premie su dedicación al club durante los últimos años, en los que se ha convertido en el buque insignia de la plantilla. Mientras tanto, el culebrón se puede alargar hasta final de temporada.