Messi no volvió de Valladolid a Barcelona con sus compañeros, cogió su jet privado en Valladolid y ya está en Argentina desafiando las recomendaciones de las autoridades sanitarias.
Leo Messi va por libre, vive aislado en su burbuja y poco le importa lo que pase a su alrededor. Ni siquiera si lo que pasa a su alrededor es una pandemia que parece reflotar en los últimos días.
Desoyendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias españolas y catalanas, Messi se ha ido a Argentina. Poco le importa que le digan que se quede en casa, que no se reuna con personas que están fuera de su burbuja de convivencia, que no se exponga al contagio y que evite desplazamientos innecesarios.
A Messi le da todo igual. También lo que opinen sus compañeros por pasar de viajar con ellos de vuelta a Barcelona desde Valladolid y coger en el mismo Pucela su avión privado, privilegio de millonarios, para trasladarse a Argentina y disfrutar sus vacaciones sin perder un segundo. Messi es consciente de que es la diana de las críticas de muchos de sus compañeros y, aunque le silban los oídos, le da igual.
Ni las restricciones ni el qué dirán pueden con él. Y si vuelve contagiado, será un problema del Barcelona, que para eso es el que paga. En este caso Messi no ha sido un buen ejemplo para el resto de la población, que debe permanecer en estas fiestas recluida y sin poder hacer lo que más le apetezca.
Messi está citado el domingo 27 en la Ciutat Esportiva Joan Gamper para reunudar los entrenamientos para preparar el Barça-Eibar del martes 29 en el Camp Nou.