Las votaciones de Messi en The Best son interpretadas en el Barça como un nuevo aviso de que se quiere largar cuanto antes.
Leo Messi ha acabado su reinado en el Premio The Best, que desde ayer tiene nuevo dueño, Robert Lewandowski. Ninguna sorpresa. Era lo esperado. Lo más interesante del galardón ha sido el reparto de los votos que desenmascara a Leo Messi, su compromiso con el Barcelona y su relación con sus compañeros.
Cristiano Ronaldo, como capitán de Portugal, votó a Messi. Lewandowski no. ¿Cómo le iba a votar si la única vez que se enfrentaron la temporada pasada, en el 2-8 de Lisboa, no le vio? Es como si ese día Messi no hubiera jugado. Es evidente que no le iba a votar.
Y Messi, que no votó a Cristiano Ronaldo, participó como capitán de Argentina. 5 votos para su amiguete Neymar. 3 votos para Mbappé. Y un voto para Lewandowski. Una votación que es una auténtica provocación al FC Barcelona, una invitación a que le echen de una vez para acabar con la pesadilla que está viviendo desde el día que le privaron de la compañía de su amiguito Luis Suárez y decidió irse.
Las votaciones de Messi son un claro guiño hacia el PSG y un desprecio al Barcelona. Es posible que Messi considere a sus compañeros mediocres. Puede que tenga razón en que "este equipo no da y no alcanza para ganar títulos". Lo que es incuestionable es que en el FC Barcelona juega un futbolista tan decisivo como él. Ahora más que él. Se trata de Ter Stegen, el portero que cada partido salva dos o tres goles en la portería del Barça. Antes la cosa estaba equilibrada: Ter Stegen salvaba dos y Messi marcada o participaba en otros dos. Ahora Ter Stegen sigue salvando y Messi ni está ni se le espera para marcar, aunque de vez en cuando cumpla, como ante el Levante, para que no se diga.
Se sabe que Leo Messi y Ter Stegen nunca han congeniado. Se sabe que Ter Stegen está harto de los privilegios de Messi y de que cobre lo que cobra sin ganárselo en el campo. Se sabe que Ter Stegen le reprocha a Messi su falta de actitud en el campo. Se sabe Ter Stegen y Messi llevan meses sin hablarse, aunque lo cierto es que tampoco eso es noticia porque Messi habla con muy pocos, prácticamente sólo con los veteranos de su cuerda.
Pero el hecho de que Messi votara a Keylor Navas (Real Madrid-PSG) como mejor portero, despreciando lo mucho que Ter Stegen hizo durante la última temporada por el Barça, su equipo, supone una falta de respeto brutal que no ha pasado desapercibida en el vestuario, en donde Messi ha conseguido ganarse más antipatías de las que ya tenía. Se le fueron Neymar, Macherano, Luis Suárez y Arturo Vidal y se ha quedado solo. Sólo Jordi Alba, Busquets y Piqué le ríen las gracias. Los demás pasan de él. Se relacionan como compañeros de profesión, pero nada más.
Y este detalle ha servido para desunir todavía más el vestuario del Barça. Seguramente es lo que pretende Messi, que todo salte por los aires y que le dejen escapar en el mercado de invierno sin esperar al verano. El guiño al PSG ya está hecho. El desprecio al Barça y a sus compañeros también.
Messi está haciendo las cosas muy mal... a todos los niveles. En el campo y fuera de él.