Partidazo del Real Madrid, que sella su clasificación para octavos de final de la Champions League como primero de grupo tras arrollar al Borussia MG.
El Real Madrid ya es equipo de octavos de final de la Champions. El cuadro de Zidane se impuso al Gladbach en el Di Stéfano por 2-0 sellando de esta forma su acceso matemático a la próxima ronda del torneo tras un gran partido sellado con los goles de Benzema.
La primera gran muestra de que este partido no era uno más dentro de la temporada fue ver a Florentino Pérez, en pleno túnel de vestuarios, saludando uno a uno a los jugadores. El presidente representaba en esos instantes previos a las 21.00 horas a la millonaria masa de seguidores del conjunto blanco en todo el mundo, deseosa de dar ánimo y apoyo a unos jugadores que sabían que se jugaban buena parte de la temporada en este encuentro.
El Madrid salió al encuentro enchufado, muy metido. Presionaba hasta con cinco jugadores en campo contrario para dificultar la salida desde atrás de los alemanes. La consigna de Zidane era clara y los futbolistas la estaban aplicando a la perfección en una señal de compromiso TOP.
Por si esto fuera poco, el Madrid encima logró hacer diana bien prontito. Justo antes del minuto 10. Su primera ocasión acabó en la red, justo lo que suele demandar este tipo de partidos. Lucas Vázquez, una de las sorpresas de la alineación, se convirtió en un auténtico puñal por la banda derecha actuando como lateral. El gallego levantó la cabeza y puso un centro medio al área para encontrar la cabeza de un Benzema que se reencarnó en una mezcla de Cristiano y Santillana. El francés se elevó entre los centrales del equipo alemán y colocó la pelota muy cerca de la escuadra izquierda. Un remate imparable. Un golazo que, además de estético, era tranquilizador para una noche que se presuponía de mucha intensidad emocional.
De hecho, el Madrid tenía el encuentro controlado, dominaba la pelota y la iniciativa era suya. Eso sí, tuvo un error y estuvo a punto de costarle caro. Una pérdida de balón de Lucas en el centro del campo permitió una contra velocísima de los alemanes que acabó Pléa poniéndose delante de Courtois. Por suerte, el delantero del Gladbach no atinó a superar al portero madridista cuando intentó picarle el balón por encima y la pelota se le marchó fuera.
El equipo blanco había pasado el susto sin ningún tipo de magulladura y, además, en previsión de que su rival pudiera haberse venido arriba con esa ocasión tan clara, frenó de lleno ese impulso de la forma posible. Con un gol. La banda derecha del Madrid se convirtió en un árbol del que siempre caían frutos.
En esta ocasión fue Rodrygo, con una jugada hipnótica con la que logró sacarse un centro espectacular al área, el que volvía a encontrar a un Benzema que, nuevamente, ponía la cabeza como un muro para ajusticiar a Sommer. El francés volvía a estar en el momento indicado cuando la ocasión lo demandaba. Lo que se le suele pedir a un ‘9’.
Igual que en otras ocasiones la efectividad le había pasado factura al equipo en este caso rozaba la perfección. Es más, el Madrid pudo haber ampliado aún más su renta poco después con un remate de Modric al borde del área pequeña que se estampó en el poste tras un ligero roce previo en el guante del portero suizo. El croata se lamentó por la ocasión fallada dentro de una primera mitad espectacular, de lo mejor que se le ha visto a un jugador del Madrid en muchos años.
A pesar de que el resultado le favorecía y de que no estaba necesitado de exponerse, lo cierto es que el Madrid no se echó atrás para defender su renta. Al contrario, los de Zidane continuaban con su presión adelantada con el objetivo de alejar a los alemanes lo máximo posible de la meta de Courtois. Aún así, el Gladbach tuvo un par de intentonas que acabaron en el lateral de la red de la meta madridista. Bien es cierto que los blancos también tuvieron varios remates que se marcharon cerca de la portería del meta suizo.
Es más, el Real Madrid se sentía más cerca del 3-0 que del 2-1. De hecho, los blancos tuvieron una ocasión doble, la primera firmada por Ramos, con un gran cabezazo desde el punto de penalti que detuvo Sommer con una gran parada cuyo rechace, cazado por Benzema, acabó estampado en el larguero de la portería del equipo alemán. A los de Zidane se les resistía la llegada de ese tercer gol que hubiera firmado el KO definitivo del Gladbach. De hecho, Lucas Vázquez se volvía a topar poco después con el palo tras un gran movimiento y un remate a la media vuelta.
Por suerte para el Madrid el equipo no necesitó de esos goles que se fueron al limbo para sellar su convincente triunfo. Una victoria que le da el pase para los octavos de la Champions, un objetivo que parecía imposible tras la derrota en Kiev, que se suavizó después del triunfo del Inter en Alemania y que desde las 22.53 horas de este miércoles ya es una realidad. El Rey de Europa no podía faltar al sorteo del próximo lunes.
Real Madrid 2: Courtois, Lucas Vázquez, Varane, Ramos, Mendy, Casemiro, Kroos, Modric, Rodrygo (Arribas 73’), Vinicius (Asensio 73’) y Benzema
Gladbach 0: Sommer; Lainer, Elvedi, Ginter, Wendt (Zakaria 46’); Kramer, Neuhaus; Thuram (Hermann 85’), Stindl (Wolf 85’), Embolo (Lazaro 46’); Pléa
Goles: 1-0 Benzema (9’), 2-0 Benzema (31’)
Árbitro: Björn Kuipers. Amonestó a Zakaria
Estadio: Alfredo Di Stéfano.