Koeman está dispuesto a hacer una revolución en su alineación en el Barça-Juventus de Champions del próximo martes y escondería el castigo a Messi con los numerosos cambios que piensa hacer.
El Barça se enfrenta a la Juventus este martes en el Camp Nou para decidir cuál de los dos equipos se clasifica como primero de grupo en su pase ya garantizado para ambos a los octavos de final de la Champions League.
El partido no tiene más trascendencia que el de saber quién acaba primero y segundo. Un empate le basta el Barça para liquidar su presencia en la fase de grupos como líder, aunque lo que Koeman quiere es acabar la liguilla con seis victorias en seis partidos. De conseguirlo, el Barça sería el equipo europeo con mayor puntuación en esta fase de la Champions League.
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Y Koeman está dispuesto a hacer una revolución en su equipo respecto a la alineación que presentó en Cádiz. Y, en caliente, su primera decisión es dejar a Messi en el banquillo para este partido a pesar de haber anunciado que después de quedarse en la ciudad condal en el Ferencvaros-Barça, ya no habría más descansos para el argentino.
Lo cierto es que Koeman se enfadó mucho con el rendimiento de Messi en Cádiz. Lo vio él y lo vio todo el mundo. Al margen de los errores defensivos, Messi fue el jugador que más balones perdió y condujó al equipo al desastre. Y Koeman empieza a cansarse de Messi.
Pero Koeman es un hombre de club y desde arriba le han dicho que no puede dejar a Messi en el banquillo. Eso intensificaría las diferencias que separan al jugador del club y le supondría al Barça un coste aproximado de dos millones de euros, que es el precio de cada partido de Messi teniendo en cuenta que cobra 100 millones de euros al año.
La idea de Koeman era hacer muchos cambios en su alineación el próximo martes. De esta manera su castigo a Messi pasaría desapercibido, aunque él sabría que no jugaría por su bajo rendimiento ante el Cádiz.
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Koeman está más satisfecho con los suplentes que arrollaron a domicilio a Dinamo de Kiev y Ferencvaros (0-4 y 0-3). En ninguno de los dos partidos jugó Messi y Koeman disfrutó con el juego colectivo de sus jugadores, que sin el argentino en el equipo, juegan como un verdadero bloque.
Y eso es lo que pretende hacer ante la Juventus. Cargarse a Messi para garantizar la solidez de un Barça que con el argentino pierde demasiados balones y da muchas opciones al rival. Parece increíble, pero es así. La historia se ha girado y Messi es ahora más un problema que una solución.
Koeman tiene decidido dar entrada a Neto en lugar de Ter Stegen. También a Araujo en el centro de la defensa, y mantener a Pjanic en el centro del campo en lugar de Busquets. A Jordi Alba no le cambia porque no tiene repuesto. Y delante ofrecerá la titularidad a Trincao y Pedri, manteniendo a Braithwaite y Griezmann.
Koeman apuesta por el Plan B, porque el A, el de los titulares, el de Messi, le ha defraudado completamente.