Raúl González ya está avisado de que puede hacerse cargo del equipo si los próximos partidos ante Sevilla, Borussia MG y Atlético no se resuelven de forma favorable.
La paciencia se agota en el puesto de mando del Real Madrid y la derrota de Ucrania ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Florentino Pérez y su estado mayor. El Real Madrid está a un paso de tirar la temporada, en España y en Europa, cuando acabamos de entrar en el mes de diciembre. Y el presidente ha dado un golpe en la mesa, con ultimátum incluído.
Florentino Pérez exige a Zidane y a su plantilla una reacción inmediata. Y Zidane ya sabe que tiene tres partidos de margen: Sevilla, Borussia de Moenchengladbach y el clásico ante el Atlético. Si en estos tres partidos el Real Madrid no experimenta una mejoría notable que le permita seguir vivo en La Liga y la Champions League, Zinedine Zidane dejará de ser entrenador del Real Madrid en diez días.
Sería la decisión más difícil para Florentino Pérez por la devoción que siente por el técnico francés, pero la imagen que está ofreciendo el equipo en los últimos partidos exige decisiones valientes en busca de un revulsivo que cambie una dinámica perdedora que no se corresponde con la historia de este club.
El ultimátum a Zidane no llega por la dinámica perdedora que ha encadenado el equipo. Preocupa mucho más la imagen que ha dado el cuadro blanco en los últimos partidos. Sin alma, sin intensidad, sin vida, sin motivación... Este equipo necesita un revulsivo. Y Zidane no parece el técnico más adecuado para liderar el cambio.
Raúl González Blanco está avisado. Si el Real Madrid no salda con victorias sus compromisos ante Sevilla y Atlético y frente al Borussia Moenchengladbach, significará que está fuera de La Liga y de la Champions League, y Zidane será el primero que decidirá echarse a un lado para que Raúl traiga consigo a este equipo la ilusión que no tiene ahora.
El Shakhtar Donetz ha hecho muy poco para ganar hoy. Apenas dos disparos a puerta han sido suficientes para cimentar su victoria. Y el Real Madrid no ha ganado porque no ha hecho nada para ganar. El rival, muy flojo, era lo de menos. El Real Madrid tenía escrito en su destino que hoy tocaba perder. Y ha perdido.
Y la derrota tendrá consecuencias. En el club confían en que Sergio Ramos pueda afrontar los próximos partidos y transmitir en el campo la sangre que no ha tenido el equipo en los últimos partidos. Y los jugadores ya lo saben. En sus manos está el futuro de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid.
En los dos últimos años el Real Madrid no ha sido capaz de entrar entre los ocho mejores equipos de Europa. Este año habrá que sudar hasta el último minuto de la fase de grupos para entrar entre los 16 mejores. Este Real Madrid no progresa adecuadamente.