El código de régimen interno del club prohibe a sus futbolistas profesionales posar en público con otra camiseta que no sea la del Barça.
El capricho de Leo Messi de sacarse la camiseta del Barça y lanzarla al suelo para mostrar la que llevaba debajo, de Newell´s Old Boy, le ha costado a él una tarjeta amarilla y al Barça 3.000 euros de multa.
El reglamento lo dice muy claro. Leo Messi es un profesional, con muchos años de oficio y es de suponer que se lo ha leído y sabía a lo que se exponía montando el numerito de la camiseta en el Camp Nou.
Pero parece que a él le da igual. Para lo que le queda en el convento... Si esa tarjeta que le han mostrado hoy por saltarse el reglamento con su charlotada le impide disputar un partido importante, a él parece importarle muy poco.
Como tampoco le preocupa la multa de 3.000 euros que deberá abonar el Barça porque Messi ha infringido el reglamento que impide enviar mensajes en público desde el césped sacándose la camiseta.
El reglamento de la Federación expone claramente por qué Messi se ganó la tarjeta: “ El futbolista que, con ocasión de haber conseguido un gol o por alguna otra causa derivada de las vicisitudes del juego, alce su camiseta y exhiba cualquiera clase de publicidad, lema, leyenda, siglas, anagramas o dibujos, sean los que fueren sus contenidos o la finalidad de la acción, será sancionado, como autor de una falta grave, con multa en cuantía de hasta 3.000 euros y amonestación”.
Pudo Messi haberle hecho a Maradona el mismo homenaje sin quitarse la camiseta del Barça, pero prefirió provocar al club mostrándose con una camiseta que no es la del club que le paga, sabiendo, además, que el código de régimen interno del club prohibe a sus futbolistas mostrarse en público con camisetas de otros equipos.
Mal con el Barça, mal con la Federación y mal con la FIFA. Messi ha perddo los papeles.