Los campeones del Nadaplete emborronan la Supercopa

Los campeones del Nadaplete emborronan la Supercopa

| 2020-01-14

| Fede Peris

Se consuma el fraude a la historia de un torneo con una final pésima entre los invitados que sólo se ha animado en la prórroga.

Los campeones del nadaplete invitados a la Supercopa han emborronado esta competición con una final insípida y aburridísima que ha confirmado que ninguno de los dos merecía haber estado ahí. Sólo al final de la prórroga se ha animado el partido soporífero que nos han regalado Real Madrid y Atlético.

El Real Madrid ha ganado en los penaltis. No podía ser de otra manera. De penalti. A su manera. Otras veces ha ganado este torneo sin jugarlo, que aún es peor. Así se escribe la historia de farsas del Real Madrid, que no pintaba nada en una competición que enfrenta al campeón de Liga y al campeón de Copa, virtudes que no acompañan al Madrid del nadaplete de Zinedine Zidane.



Pero Rubiales y la Federación querían hacer las paces con el Real Madrid y le han dado la oportunidad de ganar un trofeo que no ha merecido porque no se puede aspirar a ser supercampeón de España cuando se acaba en tercera posición en La Liga a 19 puntos del campeón y se es eliminado de la Copa por el Barça, en semifinales, con un inapelable 0-3 en el Bernabéu. 

Pero la historia del Real Madrid se escribe con una mentira dertrás de otra. Por eso hasta sus propios jugadores se las creen. Ya lo decía Varane: "nos ha costado mucho llegar hasta aquí". ¿Qué le ha costado al Real Madrid? ¿Recibir la invitación de Rubiales? Evidentemente, el Real Madrid no se ganó su presencia en Arabia sobre el césped.



Pero la cacicada ya está consumada. El Real Madrid ha ganado un nuevo trofeo mentiroso basado en el fraude. Y en la final ha mostrado sus miserias ante un flojo Atlético que ha salido a jugar asustado. El Madrid, en su línea de no ver puerta ni a tiros. Su nivel de juego, pobre, pobre, pobre. Y la constatación de más mentiras: Vinicius, Rodrygo o Jovic. Pero da igual. La flor sigue intacta. Y en este caso se ha tratado de flor+invitación. 

Lo cierto es que sólo la prórroga ha ofrecido un mínimo de calidad futbolística en en esta final de invitados que ha juntado a los dos campeones del nadaplete que se han colado como polizones en la disputa de la Supercopa de España que gracias a Rubiales ha quedado desvirtuada.





Un borrón en la Supercopa, aunque la hayan celebrado como si fuera la Champions los que menos la merecían. El aparato de propaganda ya se encargará de que suene la fanfarria para saludar a este nuevo "gran éxito" del Real Madrid.

A los que no han engañado es a los aficionados árabes, que después de ver al Barça y a Messi en acción, aunque perdiera, han entendido por qué los de Valverde se han paseado en los últimos años en La Liga española.