Zinedine Zidane lo tiene decidido. Ni Rodrygo ni Vinicius. Gareth Bale será el acompañante de Benzema y del mediapunta Isco en la formación titular del Real Madrid que saltará al césped del Camp Nou.
Y habra otra novedad que Zidane tiene reservada a Valverde. Se trata de la prueba definitiva que debe consagrar a Valverde como jugador de máximo nivel. Será el uruguayo el que se encargue de neutralizar a Messi y amargarle la vida para que su aportación al juego de su equipo sea nula.
Zidane no se va a volver loco en el Camp Nou y planteará el choque de forma muy parecida a lo que se vio en el Metropolitano, en donde los blancos arrancaron un empate a cero. Habrá vigilancia especial para Messi, pero el Madrid saldrá a jugar muy junto, con sus jugadores muy unidos, con el fin de que el Barça no encuentre espacios entre líneas para colarse, tal y como sucedió la temporada pasada, cuando el Barça venció al Real Madrid de Lopetegui por 5-1.
Ya lo reconoce Messi: al Barça le es más fácil jugar en el Bernabéu que en el Camp Nou, porque en casa el público achucha y pide dominio. Es entonces cuando el Barça encuentra espacios para sorprender al contragolpe. Mañana en el Camp Nou será al revés. El Real Madrid, como ya sucedió en el derbi contra el Atlético, le regalará el balón al Barcelona... pero no le dejará pasar. Y tratará de aprovechar la oportunidades que depare el partido para servirse de la velocidad de Bale y Benzema y sorprender al contragolpe.
Será un partido que exigirá mucha paciencia a los jugadores del Real Madrid, que deberán resistir el tikitaka insulso de su rival buscando la oportunidad para hacer daño en las contras. Y eso sólo será posible si Valverde deja fijado a Messi fuera de la zona de peligro y si la defensa y el centro del campo son capaces de tejer dos telas de araña ante las que queden atrapados los delanteros culés.
Zidane, fiel a su forma de ser, no desveló demasiado en la rueda de Prensa previa al Clásico de este miércoles en el Camp Nou. De hecho, estuvo el técnico francés especialmente cauto durante las preguntas relacionadas con las especiales condiciones de este partido, tras el aplazamiento y con el conflicto catalán como telón de fondo; no quiso Zidane que le pillasen en un renuncio ni pisar ningún charco. “Yo no tengo que explicar nada, ni a un amigo ni a nadie”, respondió cuando se le pidió que relatase cómo contaría a uno de sus paisanos franceses los motivos por los que el Clásico se juega en diciembre y no en octubre, cuando estaba designado.