Mundo Deportivo, a través de Xavi Bosch, ha descubierto la obsesión de Florentino Pérez porque el Messi del futuro vista la camiseta blanca y no blaugrana. Sólo así se pueden entender las decisiones que ha tomado en los últimos meses con jóvenes promesas del fútbol internacional.
La misma fuente asegura que Vinicius y Rodrygo estaban apalabrados por el Barça, pero apareció Florentino con la billetera en la mano y ofreció el doble por Rodrygo y cuatro veces más de lo que el Barça estaba dispuesto a pagar por Vinicius.
Lógicamente, el Barça renunció a la puja. Una cosa es pagar 10 millones por una promesa con la que uno se puede equivocar y otra cosa es apostar por ella a precio de crack consagrado sin haber empatado contra nadie. Y Florentino empieza a pagar las consecuencias. Vinicius no vale 48 millones. A un jugador de ese precio no se le desprecia dejándole en casa no convocado.
Por otro lado, en esa obsesión por dar con el nuevo Messi, Florentino le ofreció a Kubo lo que no le daba el Barça y se lo acabó llevando. A Bartomeu le pidieron dos millones por temporada, más la comisión para el representante, Manuel Ferrer, y la exigencia de jugar en el primer equipo al segundo año. Y el Barça ni quiso sentar un precedente económico con Kubo (sabiendo que la apuesta buena era Ansu Fati), ni se dignó a escuchar más cuando el agente quería imponer su alineación al entrenador.
Pero Florentino Pérez aceptó. Le paga a Kubo lo que no cobran los jugadores de su edad en el Castilla y, le guste o no a Zidane, la temporada próxima lo tendrá en su plantilla... por contrato. Xavi Bosch recuerda que si el Barça hubiera cedido a las pretensiones desmesuradas de Kubo, como sí hizo Florentino, a estas alturas Ansu Fati aún no habría debutado y estaría exhibiéndose en el mercado para cambiar de aires harto de esperar una oportunidad que le taponaría Kubo.