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El Barça se desconecta de La Liga en siete minutos patéticos (3-1)

| 2019-11-02

| Redacción MB

El Barça se deja remontar un partido que tenía ganado en siete minutos locos del Levantes en los que encajó tres goles.

El partido estaba controlado. Un penalti claro sobre Semedo permitió a Messi abrir la cuenta en el minuto 38. El Barça no apretaba el acelerador, pero el Levante tampoco inquietaba. Ter Stegen sólo fue un espectador privilegiado en la primera mitad. Pero todo cambio en la segunda parte.

En siete minutos el Levante le dio la vuelta al partido y convirtió el 0-1 en un 3-1 que puso haber llegado a ser un 5-1 si sus delanteros hubieran tenido más puntería. El Barça se desconectó y el Levante, con poco fundamentos y métodos muy rústicos, encontró la manera de desarbolar a la defensa y hacerle un roto al equipo de Valverde.

Había tiempo por delante. Más de media hora. Pero el Barça estaba tocado, fundido. Sin ideas, y sin ganas, que es mucho peor. Un arranque de furia de Messi sirvió para acortar distancias, pero el VAR detectó un fuera de juego de Griezmann que cortó de raíz lo que parecía que podía ser la reacción blaugrana.

Pero el Barça no reaccionó. Valverde puso en juego a Busquets, Carles Pérez y Ansu Fati (Suárez se lesionó en la primera mitad). Pero ni con la savia nueva llegó la reacción. Messi no acaba de entenderse con Griezmann, que hace lo que puede pero no consigue sintonizar con la onda del Barça. Y al centro del campo le faltó consistencia para juntar líneas atrás y para enlazar con los hombres de ataque. La defensa se encontró vendida en los goles y el Barça mostró lagunas evidentes en su juego colectivo.

En siete minutos el Levante liquidó al Barça: Campaña (61), Mayoral (63) y Radoja (68). Aprovechó la hora de la siesta del líder, supo beneficiarse de la desidia de unos jugadores que pensaron que ya tenían el trabajo hecho con el 0-1. Messi anotó el penalti y protagonizó las pocas jugadas furiosas de rabia que pudieron verse en el Barça. Pero no fue suficiente. Messi sólo no puede hacer el trabajo de once. Puede aportar la guinda para que el trabajo de todos luzca más. Pero si los demás no trabajan, hasta Messi puede quedar escondido detrás de la mediocridad general.

Estos jugadores son muy buenos. No es un problema de calidad. El problema de este Barça es que parece que a estas alturas muchos de sus jugadores aún no saben que para ganar en el campo del Levante hay que salir a morder desde el primer minuto hasta el último. Y hoy ya se vio desde los primeros compases del partido que este Barça salía a jugar con la esperanza de ganar el partido sin bajar del autocar.

En San Mamés, Los Cármenes y el Ciutat de Valencia, feudos de equipos que ni en sueños pueden aspirar a luchar por la Liga, han pasado por la piedra al Barça. Ganarle al Real Madrid o meterle cinco está muy bien. Pero las ligas no se ganan en los clásicos y sí, en cambio, empiezan a perderse en campos como el de hoy. Parecía que tenían la lección aprendida, pero no.