Víctor Valdés no supo irse con elegancia y en este tiempo no ha aprendido: tampoco ha sabido volver.
Mundo Deportivo ofrece una completísimo análisis sobre las 14 causas que han motivado al despido fulminante del Barça de Víctor Valdés. Se fue mal y ha vuelto peor. No escarmienta. Estas son las causas que explican el cese del ex portero desmenuzadas por MD.
Las principales discusiones han llegado a través de las discrepancias tácticas entre Valdés, que utiliza diferentes sistemas además del 4-3-3, y los responsables de la cantera. Se han reunido varias veces con él desde después de la inauguración del Estadi Johan Cruyff, donde ya hubo críticas por los cambios de posiciones de varios jugadores. Víctor ha intentado aplicar su sistema futbolístico y no entiende que forma parte de una cadena y de una idea y metodología que es la misma desde prebenjamines hasta el Barça B.
No hay sintonía y cada vez más distanciamiento. Por la parte de Valdés se quejan de intrusismo por parte del club, donde creen que, como responsables, deben marcar a los entrenadores como han hecho siempre y siguen haciendo.
Sin causa mayor, Valdés no fue hace dos semanas a una cena-barbacoa a La Masia con el resto de entrenadores de las categorías inferiores. Sí estuvo en el encuentro su staff, pero no él.
Valdés no se presentó tampoco a la sesión de formación de Paco Seirul·lo, nuevo responsable de metodología de La Masia, a los técnicos de cantera. Sí lo hizo el resto de su staff.
Retiró al equipo de la final de consolación de la Youth Otten Cup en pretemporada ante el descontento de la organización alegando un peligro para la salud de sus jugadores al no haber apenas tiempo de descanso. Este encuentro debía jugarlo sólo una hora después pero Valdés vio insuficiente el tiempo de recuperación Pese a saber de antemano el reglamento, no dijo sus intenciones.
Con el jefe de prensa Mario Ruiz. Lo hizo delante de los medios quejándose de hacer de pie y no sentado una rueda de prensa ante pocos periodistas como suelen hacer los técnicos del B, el Juvenil e incluso de balonmano, hockey y fútbol sala.
El miércoles llegó más tarde de lo que exige la UEFA antes de un partido al Barça-Inter de la Youth League. La UEFA iba a sancionar al FC Barcelona, pero finalmente el club dialogó y pudo evitar la multa.
Ni en Dortmund ni contra el Inter fue al ‘tercer tiempo’ de la Youth League. Ambos equipos cenan después de los partidos en un acto de ‘fair play’. No es obligado, pero siempre han ido los entrenadores tanto del Barça como los rivales. En el club entienden que daña a la imagen del mismo.
Pasó muchos entrenamientos del Juvenil A a la tarde, lo que impide al Barça B subir a jugadores suyos. Además, también se había dado el caso de que no alineaba a jugadores que durante la semana habían entrenado con el filial. Luis Enrique lo hacía con los que subían al primer equipo.
Como consecuencia del punto anterior, los futbolistas del Juvenil A, que desde hace dos años se considera profesional y entrenan por la mañana siempre, no pueden ir a clase por la tarde en La Masia. Esta decisión despertó también algunas críticas por parte de padres de jugadores.
Hay jugadores que son apuestas de club han perdido protagonismo o juegan en posiciones totalmente opuestas. El caso más claro ha sido el de Ilaix, suplente ante el Inter, pero ha tenido episodios con Konrad de la Fuente, Nico González, Nils Mortimer o Alejandro Balde.
No ha cogido jugadores del filial para la Youth League. Gabri también lo hizo pero desde hace dos años se utilizan a los que juegan menos para que se mantengan con ritmo. El mejor ejemplo es el de Carles Pérez hace dos temporadas.
Señaló a los dirigentes al mostrar su descontento por no jugar en el Estadi Johan Cruyff en la Liga.
Fue la gota que colmó el vaso. El viernes anunció al vestuario que iría a hablar con él y que quizá no le verían más. Roura intervino para que no fuera a más.