El ex presidente del Barcelona, Josep Lluís Núñez, estuvo siempre rodeado de polémicas, desde las más absurdas a las más tensas
La figura de Josep Lluíz Núñez estuvo siempre rodeada de polémica. Durante los 2 años que Núñez estuvo en la presidencia, jamás rechazó un conflicto, por muy trivial que fuese. Tanto con sus propios empleados como con la prensa o los rivales, Núñez siempre tenía algo que decir sin pelos en la lengua. Polémicas de todo tipo que aquí hemos resumido:
El maletín de Quini
El secuestro del asturiano fue uno de los momentos más duros de su presidencia. Aunque la policía le recomendó no pagar el rescate, Núñez tenía preparados los 100 millones de pesetas que pedían. Iban en un maletín en el coche del presidente a la espera de una llamada en la que le dijeran en dónde tenía que depositarlo.
Los pañales de Schuster
Fue su primer gran fichaje con un comienzo singular. De entrada Núñez tuvo que mover todos sus contactos para que le dejaran pasar en la aduana. El alemán llegaba en coche y en La Junquera la policía no le dejaba pasar porque no llevaba la documentación de un todo terreno espectacular que le habían regalado. Un vez solventaron el problema, lo primero que hizo Schuster fue presentarse en casa del propio Núñez con un problema. Necesitaban con urgencia pañales para el niño. Así que María Luisa y Gaby, esposas de presidente y jugador, se fueron a comprar pañales.
Sus lapsus lingüísticos
Hablar en público no era uno de sus fuertes. Sufría especialmente con los nombres extranjeros. En la presentación de Reiziger y Kluivert, el presidente los bautizó como 'Ringer' y 'Klipper'. Richard Witschge fue 'Richi Wichi' y Roger siempre fue el hermano de Óscar García.
Una rueda de prensa
Seguramente, la rueda de prensa en la que explicó el despido de Cruyff fue la más dura de la presidencia. Fue durísimo: "El entorno de Cruyff vende información a los medios de comunicación. (...) Cruyff siempre ha intentado engañar al socio. (...) Vende algunos partidos de pretemporada con un intermediario. (...) Su despacho en el Camp Nou se ha convertido en una oficina de compraventa de actos."