Sergio Ramos lesiona a Salah y el árbitro no se atreve enseñarle una tarjeta. El capitán del Madrid desvirtúa la final dejando durante una hora al Liverpool sin su líder.
Escandaloso. Así gana el Madrid, así. Sergio Ramos lo tenía clarísimo. Mohammed Salah es el buque insignia, el líder de un Liverpool que es Salah y diez más. Nada mejor que cargarse a Salah para decantar la final a favor del Real Madrid.
Dicho y hecho, en el minuto 24 Sergio Ramos ha agarrado a Salah, le ha tirado al suelo sin soltarle el brazo y le ha roto el hombro. Salah ha intentado seguir en el campo, pero no ha podido y se ha visto obligado a abandonar el campo en el minuto 30.
Es decir, el Real Madrid ha tenido por delante una hora frente a un Liverpool sin Salah, frente a un rival descabezado sin su mejor jugador.
Lo peor es que el árbitro no se dignó a castigar la acción malintencionada de Sergio Ramos, el jugador mas sucio de la historia en España y en Europa, que se ha encargado de desvirtuar la final con las malas artes a las que nos tiene acostumbrados. El partido cambió por completo en cuanto Salah se fue del campo lesionado.
Feo.