El fútbol ha vuelto a demostrar su cara más injusta fuera de los terrenos de juego con el 'regalo' del quinto Balón de Oro a Cristiano Ronaldo, que pasa a empatar con Leo Messi. A pesar de la pésima temporada que realizó hace un curso, y la peor tendencia todavía que lleva en la presente campaña, los periodistas decidieron concederle incomprensiblemente el galardón al portugués, después de picar en la propaganda merengue. Lo peor de ello no ha sido otra cosa que la consiguiente muestras de narcisismo y egoísmo pública del jugador que todos han tenido que aguantar.
Sin embargo, esta vez se ha superado. 'France Football' titulaba en la entrevista al merengue la siguiente afirmación: "Soy el mejor de la historia". Una tesis que no sólo no es verdad, sino que subraya la chulería del jugador, que no cuenta con los datos que le apoyen, ni siquiera con sus más allegados. Hasta Florentino, su principal valedor en el Real Madrid le pone en la segunda línea de los más destacados del fútbol, por detrás de otros como Di Stéfano. Ninguno de sus compañeros tampoco le defiende.
Y es que declarar al mejor del mundo y de la historia es una decisión que compete a los demás, aunque parece que Cristiano dice conocer la verdad absoluta. La propia actitud del portugués en este tipo de situaciones demuestra que en el fondo no sabe ganar porque es un jugador pequeño y sin valores. Se atreve a decir en voz alta algo sabiendo que es mentira, mientras que Leo Messi prefiere que sus hazañas, sus rivales y compañeros hablen por él para decir las verdades que todo el mundo sabe.
El tiempo y las lecciones que ha sufrido en el Real Madrid parecen no haber curado el egoísmo de un Cristiano al que las cosas ya le van mal esta temporada, y puede tratarse sólo del principio.