La marcha de James Rodríguez del Real Madrid este verano terminará dependiendo de lo que esté dispuesto a tirar Florentino para subir el precio del traspaso del colombiano. Lo cierto es que el jugador colombiano no entra para nada en los planes de Zinedine Zidane y su venta es la única salida factible que se le antoja al club blanco para solventar la papeleta con el 'cafetero'. Lo que sí es seguro es que al '10' se le han terminado las oportunidades para reivindicarse y terminar convirtiéndose en el líder del equipo sobre el terreno de juego. Algo que ya les pasó a los mismos que lucieron el mismo dorsal que él en el Bernabéu y que parece que sentaron una maldición que a día de hoy perdura.
La mala suerte merengue empezó con Robinho, quien heredó el '10' a su llegada como un jugador prometedor y aspirante a convertirse en el Balón de Oro. Sin embargo, fue apagándose hasta marcharse al Manchester City convencido por una oferta puramente económica. Otro jugador de calidad y sin brillo tomó el testigo del 'carioca': Wesley Sneijder. El holandés conquistó la Champions con el Inter en 2010, pero antes cayó en el ostracismo vestido de merengue.
No cambiaron las cosas cuando Lassana Diarra se enfundó el dorsal de los cracks. El centrocampista aportó esfuerzo y trabajo, pero nunca llegó a destacar por encima del resto y se fue diluyendo. El último antecesor de James fue Mesut Özil, que pese a su gran calidad, su irregularidad y el alto salario que le pidió al Real Madrid para renovar propiciaron su traspaso al Arsenal, donde apenas ha cosechado éxitos.