Cristiano Ronaldo ha regresado esta mañana a Madrid antes de emprender vuelo a Los Ángeles para recoger a sus hijos y traerlos con él a España. Sí a España. Según informa el diario Marca, Cristiano Ronaldo habría tranquilizado a los gestores del Real Madrid tras la filtración de su deseo de marchar. Las aguas vuelven a su cauce.
Marca explica que Cristiano Ronaldo ha tranquilizado al Real Madrid tras un primer contacto y que ahora en el club se respira tranquilidad, confianza y optimismo. Normal. El club tiene la sartén por el mango y el jugador ha descubierto tras su órdago que la filtración de la noticia de su marcha no ha revolucionado el mercado. Cristiano Ronaldo esperaba cola de pretendientes, pero nadie ha movido un dedo por hacerse con sus servicios. Ni siquiera el Manchester United, en donde Mourinho ha sofocado la presión de Ferguson y ha rechazado su contratación. Mourinho y Cristiano Ronaldo se las tuvieron en los tres últimos meses de estancia del técnico en el Bernabéu y lo último que desea ahora es volver a tenerle a sus órdenes en el United. Tampoco ha movido ficha el Manchester City de Guardiola, que no sintoniza con la onda del portugués. Y sólo el PSG ha mostrado cierto interés, pero es mayor el deseo del presidente Nasser Al-Khelaiffi de llevarse bien con Florentino Pérez que las ganas de incorporar a la estrella portuguesa a su plantilla.
Lo cierto es que el volumen de la operación (cerca de 500 millones) por un jugador de 32 años han convertido en inviable el susto que Cristiano Ronaldo intentó proporcionar a Florentino Pérez, a quien le costará muy poco convencer al jugador para que se olvide de bajar un escalón en su carrera renunciando al mejor equipo del mundo para incorporarse a otro inferior. El hecho de que Cristiano Ronaldo no haya afirmado nunca públicamente que se quiere ir facilita mucho las cosas y el tema quedará reducido a una tormenta de verano de la que nadie se acordará cuando se inicie la temporada.
Cuando Florentino Pérez y Cristiano Ronaldo se vean las caras el lunes, el presidente deberá aceptar la concesión de algún pequeño premio de corte económico para el jugador tras su extraordinaria temporada. Algo que está dispuesto a conceder con gusto. Y aquí no ha pasado nada.