Cristiano Ronaldo ha recibido la noticia de su imputación por el supuesto delito de fraude fiscal desde su concentración con Portugal. El crack merengue tiene entre ceja y ceja la conquista de la selecta Copa Confederaciones, que únicamente juegan los campeones continentales y el del Mundial. Un título único que requiere la máxima concentración para que no se escape. Sin embargo, no es su participación del torneo lo único que quita importancia y deja en un segundo plano la hipotética condena que le pueda caer al jugador. Tanto CR7 como su representante, Jorge Mendes, cuentan con un as en la manga que les da tranquilidad.
Y es que, a diferencia de otros futbolistas, como Leo Messi y compañía, Cristiano Ronaldo puso en orden su situación fiscal y presentó sus contratos de imagen, valorados en 5,6 millones de euros, en junio de 2015, antes de que fuesen requeridos por Hacienda. En otras palabras, pese a cometer el delito y a tributar en las Islas Vírgenes británicas, Cristiano declaró antes de que se iniciara cualquier inspección, por lo que se puede acoger a la 'excusa absolutoria', que le eximiría de cualquier causa penal.
Sin embargo, para ello deberá demostrar que la declaración es 'completa y veraz'. A diferencia del contencioso administrativo, en dicha 'excusa absolutoria' la puesta en regla debe ser total. Es por ahí donde debe ir la defensa del crack si quiere convencer para que la pena del jugador termine siendo la menor posible dentro de su caso.