El PSG se plantea seriamente el fichaje de Gareth Bale para organizar en torno a su figura un nuevo proyecto ganador que le permita afrontar el gran reto de dominar Europa, su asignatura pendiente. En el pasado reciente, el club que preside el qatarí Nasser Al-Kelaiffi intentó abordar los fichajes de Messi primero y Cristiano Ronaldo después. Luego trató de hacerse con los servicios de Neymar y ahora ha dirigdo su objetivo hacia Gareth Bale, consciente del "problema" (bendito problema) que tiene Zinedine Zidane con la superpoblación de cracks en su plantilla.
Nasser Al-Khelaiffi no quiere volver a caer en el mismo error que le llevó a contratar jugadores de Serie B, como Ángel Di María para abordar su sueño de la Champions League y ahora opta por picar alto copiando el modelo de Florentino Pérez. Y lo más alto es en este momento Gareth Bale. Al-Khelaiffi confía en que el Real Madrid se muestre receptivo a una oferta irrechazable de 180 millones de euros, como avanza hoy OK Diario, 100 de los cuales entrarían en las arcas del club parisino procedentes del traspaso de Verratti al FC Barcelona, con lo que la tesorería madridista ingresaría en sus arcas 100 millones de la maltrecha economía del FC Barcelona. Los 80 restantes los pondría el club francés.
Sin embargo, el sueño de Bale no deja de ser un sueño. El jugador no tiene ningún interés en cambiar de aires después de vivir tres años en una nube, en el mejor club del mundo. Por otra parte, Zidane está más preocupado por conservar su plantilla que en lanzarse a la aventura de fichajes que difícilmente mejorarán la calidad de sus actuales jugadores y cuya llegada podría romper la armonía del vestuario. Y, finalmente, Florentino Pérez no tiene necesidad de vender a nadie en contra de su voluntad. Espera sacar alrededor de 150 millones por la venta de Morata y James, y con eso tiene más que suficiente para abordar el fichaje de Mbappé y algún otro que pudiera llegar por el camino, por lo que el club no necesita de esos 180 millones de euros que ofrecer el PSG que salvarían la economía de cualquier club, pero no la del Real Madrid.
Lo de Bale es un sueño para el PSG y en sueño se quedará, aunque no deja de ser llamativo que el Real Madrid sea capaz de rechazar 180 millones por un jugador que tiene problemas para afirmarse entre los once titulares de su equipo.