El mismo ex presidente sabe que dicha acción contra Bartomeu no tiene ninguna salida.

La sentencia de la Audiencia Provincial sobre la Acción de Responsabilidad parece haber despertado a Joan Laporta. El ex presidente, al que el Club no llevará al Tribunal Supremo, ha aprovechado su victoria particular para atacar a Josep Maria Bartomeu. Junto a Agustí Benedito, el otro perdedor de las pasadas elecciones, han amenazado con propulsar una moción de censura contra el actual presidente para intentar derrocarle. Sin embargo, ellos mismos saben que se trata de una opción que no les llevará a ninguna parte más que a un nuevo ridículo.

El precedente de Jordi Cases, ejemplo paradigmático

El último precedente en este tipo de casos es lo que demuestra la poca viabilidad de la acción. En otoño de 2013, cuando Jordi Cases promovió la última moción, se dio cuenta que pese a las papeletas que había preparado y a la rueda de prensa que tenía convocada, no reunía suficientes firmas para tirarla adelante -necesitaba las signaturas del 15% de los socios para seguir con el proceso-. Todo esto, en mitad de la temporada y con un partido por semana, el ambiente más propicio para ello.

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Ahora, el Barça afronta una serie de cambios que resultan ilusionantes para la afición. Terminada la competición, el barcelonismo se frota las manos con la llegada de Valverde y la de los cracks que recalarán en el Camp Nou este mismo verano. El sentimiento ahora es de empezar de nuevo con los cimientos que se acaban de poner, y la moción de censura significaría hacer tabla rasa por enésima vez. Es por eso que no se antoja que los socios estén por la labor de firmar dicha acción. Y Laporta lo sabe.