El Real Madrid afronta con mucha ilusión las semanas decisivas de la temporada. Los blancos han devuelto la tensión a la Liga con un asalto al Camp Nou que demuestra que los merengues están por encima de los culés, y los mismos jugadores ya se han conjurado para intentar lograr la machada y conseguir el campeonato. En el horizonte también se vislumbra la Undécima, donde el club madridista tiene muchos números de ser finalista. Sin embargo, Zidane no quiere que las últimas buenas noticias que ha recibido el equipo puedan hacer descarrilar a su plantilla. Desde el vestuario blanco existe la convicción de que el Real Madrid logrará superar la eliminatoria de cuartos ante el Wolfsburgo sin ningún esfuerzo y se plantará en semifinales con sus opciones intactas. Una opinión que el técnico galo se ha encargado de disuadir con un mensaje claro para sus futbolistas: "Todavía no hemos ganado nada", es la consigna de 'Zizou'.

Canalizar bien la confianza

El entrenador francés quiere aprovechar el gran momento anímico del equipo para exigirle mejores actuaciones y no para que caiga en un exceso de confianza. La misma noche del sábado, tras vencer al Barça a domicilio, Zidane ya comunicó a sus jugadores que el resto de la temporada no iba a ser un camino de rosas, sino que este había sido el primero de muchos retos exigentes para la plantilla. Para ello, los planes del técnico pasan por dejar sentenciada la eliminatoria en Alemania. Se espera que el galo repita el once que sacó en el Camp Nou para encarrilar cuanto antes el pase a cuartos y evitar cualquier sorpresa. Casemiro y Ramos, que jugaron en el feudo culé, están apercibidos de sanción, por lo que no podrían disputar la vuelta en el Bernabéu en caso de ser amonestados el miércoles.