Valdés surgió hace ya muchos años como portero del Barça. Proveniente de la cantera culé, comenzó a asentarse en la portería tras una etapa de muchos cambios en esa demarcación en el equipo azulgrana. Rustu, Bonano, Dutruel... muchos fueron los porteros fichados por un club que buscaba encontrar una figura bajo palos que compitiera moralmente con un Casillas que, aún muy joven, ya se había consolidado como estrella en la meta del Real Madrid y empezaba a ganarse los elogios de toda Europa.
El Barça no podía permitirse no tener un portero de garantías que hiciera sombra a Casillas y colocó a Valdés en frente. Además, necesitaba en la medida de lo posible un cancerbero de la cantera, como Iker, para intentar demostrar que en La Masía también sabían formar grandes guardametas.
Esto le costó muchas comparaciones y mucha presión a Valdés desde el principio. Más aún teniendo en cuenta que ni de lejos ha podido ser tan bueno como Casillas. Tuvo muchos problemas al principio y cometió muchos errores fruto de su inexperiencia, pero el Barça le aguantó y finalmente logró sacar de él un portero de garantías, aunque nunca al nivel de su homólogo en el Madrid.
Algo que le sigue persiguiendo de vez en cuando, y no es extraño ver una o dos cantadas de Valdés cada temporada que recuerdan al de aquel chico que debutó con el Barça en 2002. Ayer pudimos ver una de ellas: Una cesión algo peligrosa de Adriano que se encargó de convertir en más peligrosa al tratar de jugar el balón en corto en lugar de despejar ante la presión de Di María. El resultado: Que el argentino le robó el esférico y recortó distancias (3-2) permitiendo al Madrid afrontar la vuelta en el Bernabéu con la convicción de que no sólo le vale un 1-0 para llevarse la Supercopa, sino también un 2-1 y que un 3-2 le hace jugar la prórroga.
En el primer Clásico de la Liga pasada Valdés ya cometió un error que propició el primer gol del partido, obra de Benzema en el primer minuto de juego. Un mal pase interceptado por Di María que le dejó prácticamente sólo delante de él y que acabó con el tanto del francés. ¿Será casualidad o es que a Víctor le entran los nervios cada vez que se enfrenta al Madrid? El próximo miércoles todo esto se le pasará por la cabeza cada vez que reciba el balón en el Bernabéu.
Comenta con Facebook