El Real Madrid ha vuelto a saber tirar de casta y orgullo para sacar adelante un partido que se le puso cuesta arriba desde muy temprano. Corría el minuto ocho cuando el Levante daba la sorpresa. Cabral aprovechaba un lanzamiento de falta de Farinós desde el ataque derecho visitante para, desde el segundo palo, rematar a placer el primer tanto del encuentro. La historia se repetía. Como en los últimos dos encuentros en el Bernabéu la afición blanca apelaba a la heroica para remontar un resultado adverso, como ya ocurriera ante Athletic de Bilbao y Real Zaragoza. Este equipo sabe lo que es eso y no defraudaría a los suyos.
Los madridistas se volcaban en el área rival. Los minutos pasaban y el asedio era constante. La posesión era única, toda ella merengue, con once granotas dentro de su área. Hasta once córners botó en la primera mitad el Real Madrid, pero sus delanteros no encontraban el premio del gol. Cristiano, Higuaín, Benzema… todos los probaban, pero unas veces la suerte y otras un acertado Munúa desbarataban las ocasiones locales.
El Madrid tocaba y tocaba, era una delicia ver su futbol combinativo y el juego en el área contraria encontraría su premio desde los once metros. Penalti propiciado por manos clarísimas dentro del área de Vicente Iborra que acabarían con este en el vestuario antes de que terminara la primera mitad. El centrocampista del equipo visitante veía la doble amarilla y Cristiano Ronaldo no fallaba desde los once metros. El luso seguía demostrando que es clave y que no falla en los momentos importantes, poniendo así la tranquilidad antes de enfilar la bocana de vestuarios.
La charla en el vestuario volvió a surtir efecto en los hombres de José Mourinho, que tan solo tardaron cuatro minutos en darle la vuelta al marcador. Minuto 49 y jugada de tiralíneas de los jugones blancos para servir a Cristiano su segundo gol de la noche. Özil, Granero, Benzema e Higuaín intervinieron con una forma magistral para que el portugués firmará un tanto espléndido de cabeza.
El Madrid no se relajaba y quería más, así, siete minutos más tarde Cristiano Ronaldo firmaba su hattrick de la noche y el tanto 4.000 de la historia del Real Madrid con una bomba inteligente desde el perfil izquierdo del ataque blanco que sirvió para que el Bernabéu se pusiera de pie ante la clase y destreza de su estrella. Cristiano no fallaba, se reivindicaba y demostraba que es el mejor jugador del mundo, aunque algunos aún lo pongan en duda.
El 3-1 no amedrentaba a los levantinistas que tirarían de orgullo para marca recortar distancias en el marcador en el minuto 62 con un tanto de Koné en una contra muy bien llevada por los atacantes granotas, pero poco les aguantaría la alegría en el rostro a los valencianos, porque tres minutos más tarde Benzema cerraba la noche goleadora con un hermoso tanto que dejaba claro que este Madrid no va a desaprovechar ni una de las facilidades que el Fútbol Club Barcelona le está otorgando y proclamarse cuanto antes campeón de liga. Ahora la pregunta está clara, ¿habrá pasillo en el Camp Nou?