La denuncia de Joan Laporta se produjo a través de su libro "Un sueño para mis hijos". Allí el ex presidente afirmaba que el 25 de abril de 2004 su vicepresidente deportivo Sandro Rosell le comentó en un día de clásico en el Santiago Bernabéu que tenía una oferta del Chelsea para traspasar a Ronaldinho por 100 millones de euros, quedando una comisión de 10 millones para repartirse entre ambos. En ese momento Ronaldinho era el indiscutible número uno mundial, se encontraba en el momento más dulce de su carrera y desprenderse de él hubiera parecido un suicidio. Laporta, según su versión, se negó en redondo despreciendo el pelotazo que le proponía su vicepresidente: "Le dije que se lo quitara de la cabeza, que Ronnie no estaba en venta y que no quería volver a sentir hablar de ello, pero añadió (Rosell): 'Jan, nos dan una comisión del 10%. Unas semanas más tarde, en mayo [...] insistió con la oferta del Chelsea y que podíamos cerrar la operación allí mismo si él y yo nos poníamos de acuerdo. Le volví a recordar que no quería volver a hablarlo, que Ronaldinho no se movería del Barça. Entonces él, como quien no quiere la cosa, me recordó que si aceptábamos nos daban 10 millones de euros para repartirnos".
Cuando el tema salió a la luz hace ahora ya un par de años, Sandro Rosell se mostró muy ofendido, dijo que las afirmaciones de Laporta eran "total y absolutamente falsas", añadió que el hecho constituía un "grave atentado" contra su honor y, por ello, anunciaba que emprendería las acciones legales que fueran necesarias para dejar a salvo su honorabilidad puesta en entredicho.
A día de hoy seguimos sin noticias sobre las "acciones legales" emprendidas contra Joan Laporta, por lo que la honorabilidad del hoy presidente blaugrana sigue estando en cuestión. Un sano ejercicio de transparencia sería aportar luz sobre este turbio asunto que ha puesto en entredicho el honor de Sandro Rosell, tal y como él mismo ha manifestado.