Rosell también viaja mañana a Sudáfrica con la intención de convencer a Arsene Wenger para cerrar el traspaso de Cesc Fábregas. Deberá centrarse en esa negociación, porque el otro punto del orden del día, el fichaje de Torres, es ahora mismo un sueño imposible para el Barcelona. Abramovich está dispuesto a hacerse con su presa y llegará hasta los 60 millones en la puja, porque no está acostumbrado a perder la presa cuando se le ha puesto entre ceja y ceja.
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