Es lógico que Xavi Hernández quiera jugar con el Barça, con la selección y en los partidos de solteros contra casados, pero la lógica también indica que si quiere alargar su carrera deportiva y llegar hasta 2016, fecha en la que expira su contrato con el Barça, en óptimas condiciones, deberá dosificarse de alguna manera.
Cuando finalice su contrato con el Barça Xavi tendrá 36 años, y para llegar a esa edad no se puede jugar todo y correr todos los riesgos, tal y como ha afirmado el doctor Cugat, que sostiene que "Xavi no está para jugar tres partidos seguidos". En vista de que Xavi no desea renunciar a la selección, será el Barça el que sufra las consecuencias y Guardiola se verá obligado a renunciar a él periódicamente, dosificándole para que pueda llegar en condiciones a las caprichosas convocatorias de Del Bosque.
Es difícil imaginar que Pau Gasol le diga a los dueños de Los Ángeles Lakers que debe jugar menos partidos en su equipo para llegar en forma a la cita de su selección. Le responderían que él se debe al club que le paga y que la selección debe quedar subordinada a los intereses de la entidad. Pau ha entrado ya en la fase final de su carrera deportiva y quiere alargarla al máximo, por eso renunció el verano pasado a jugar el Mundial con España. Todo no se puede tener y Gasol ha hecho su propia apuesta. Xavi, parece ser, lo quiere todo. Sólo hace falta rezar y esperar a que no se rompa. Si eso ocurriera, el Barça pagaría las consecuencias. Y entiéndase el verbo pagar en todos sus sentidos.
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