Diego Simeone ha cambiado mucho a lo largo de su carrera deportiva. El argentino es muy diferente como jugador a lo que es ahora como entrenador. Antes, mucho más efusivo, aguerrido y desquiciante que ahora, donde apuesta por ser más sosegado y por un fútbol más vistoso del que practicaba. Simeone es la sombra de lo que fue, incluso ha cambiado de equipo favorito. Porque la fama de colchonero de toda la vida de la que presume ahora en el Atlético de Madrid la ha ido adquiriendo con el tiempo. Ya que su verdadera pasión era el Real Madrid. Aunque parezca increíble, hay pruebas documentales que indican que Simeone era un apasionado del conjunto blanco. Un merengue de los pies a la cabeza que lo hubiese dado todo por vestir la camiseta madridista. Puede que ahora se avergüence de ello, pero no puede cambiar el pasado. En su época de jugador, cuando militaba en el Sevilla, el argentino despuntó a finales de los años 90 con buenas actuaciones que llamaron la atención de los grandes clubes europeos, entre ellos el Real Madrid. En 1994, en unas declaraciones en las que hacía referencia al interés de los blancos, desveló su secreto mejor guardado: que es un merengue declarado. “Decir lo contrario sería mentir, y como profesional es normal que aspire a estar en uno de los grandes equipos", dijo Simeone, que remarcó que “de abandonar el Sevilla sólo ficharía por el Real Madrid”. A escasas horas para el derbi, seguro que a los aficionados atléticos y al propio Cholo no les habrá hecho ni pizca de gracia que se supiera la verdad.
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