Unas exigencias que rezuman prepotencia y ostentación por los cuatro costados. Los organizadores de los partidos amistosos del Madrid deben de tener en cuenta una serie de condiciones que resultan superflúas como la obligatoriedad de cederles tres limusinas o que la expedición del Madrid tiene dar alojamiento a cuerpo de rey a 75 personas.
No se quedan ahí las peticiones del Madrid. Aparte de las limusinas, exigen autobuses, vans Audi o Volkswagen, furgonetas, seguridad privada, hoteles de cinco estrellas, comedores privados... Toda una retahila de lujos asiáticos, al margen, naturalmente, del caché de dos millones de euros.