Carlos Muñiz
Luka Modric es uno de los futbolistas más en forma del Real Madrid. Todo lo hace bien. Hoy ha dirigido el juego merengue con su habitual maestría, ha cerrado el marcador con un disparo de lejos marca de la casa que suponía su primera diana en la presente edición liguera y le ha facilitado las cosas a su entrenador viendo una tarjeta amarilla inapelable que le permite concluir el ciclo de cinco tarjetas. Modric no podrá jugar en la próxima jornada ante el Elche en el Bernabéu, pero queda limpio para afrontar lo que queda de competición limpio de tarjetas.
Modric ha visto la tarjeta amarilla, después de anotar el tercer gol, en el minuto 75. En una jugada inofensiva en el centro del campo se ha lanzado como si fuera un portero a blocar un balón con las dos manos. La tarjeta amarilla era inapelable y sin necesidad de recurrir a algún tipo de falta relacionada con la agresividad. A Modric se le escapó la risa, tanto comentándolo con los jugadores rivales como cuando enfiló el camino del vestuario al ser sustituido por Ancelotti.
Ramos también intentó ver la tarjeta amarilla porque se encontraba en la misma situación que Modric, con dos tarjetas. Sobre el central pesa el castigo de un partido de suspensión si ve una tarjeta amarilla. Esperemos que no sea ante el Elche.