Una jugada portentosa de Leo Messi dio a Alexis Sánchez el primer gol, el que neutralizaba la ventaja blanca, el que asustaba al Madrid y daba alas al Barça. Luego tiró del equipo durante todo el partido ofreciéndose y participando en todas las jugadas de ataque. Y en él nació la jugada del tercer gol, entregando a Alves para que éste le pusiera a Cesc el balón en la cabeza. Messi confirmó a los incrédulos, si es que aún quedaba alguno, que no hay más rey del fútbol que él. Y lo hizo en un partido grande, sin necesidad de abusar del modesto, algo con lo que disfruta el aspirante a crack que atiende por Cristiano Ronaldo.
A estas alturas de la temporada Messi ha marcado 27 goles en 26 partidos oficiales y ha proporcionado a sus compañeros 13 asistencias de gol. Es decir, que Leo Messi ha intervenido en 40 de los 78 goles que ha marcado su equipo este año. Y tras el último Clásico, su balance ante el Real Madrid es de 13 goles y 8 asistencias, como muy bien sabe Iker Casillas, que no le ha votado como mejor futbolista del mundo quizá porque le ha cogido manía después de convertirse en el delantero que más goles le ha marcado.
Pero el Clásico ya es historia. Mientras el Madrid lame sus heridas y se pregunta ¿por qué? el Barça se encuentra en Japón con el objetivo de obtener el tercer título de la temporada después de haber logrado ya las Supercopas de España y de Europa. Para Leo, el torneo tiene otro aliciente, ya que si anota puede conseguir igualar la hazaña conseguida por Pedro hace dos años, cuando logró marcar en las seis competiciones. Leo marcó en Liga (31 goles), Champions (12 goles), Copa del Rey (7) Supercopa de España (3) y Supercopa de Europa (1). Si marca en el Mundial de Clubs conseguiría igualar a Pedro en una especialidad que sólo está al alcance de los grandes jugadores que militan en los grandes clubs. Porque sólo los grandes equipos disputan los logros más importantes.