Josep Maria Bartomeu estaba decidido a aplicar a Dani Alves una sanción ejemplar por su comportamiento horas después de consumarse la eliminación del FC Barcelona en la Champions League. Las palabras pronunciadas en Instagram, disfrazado de mujer: "no pasa nada, es sólo un partido de fútbol, la vida sigue y tú vale mucho más que todo eso", han escocido y mucho. De hecho existía unanimidad cerrada entre la directiva para sancionar como se merece la conducta del jugador. Sin embargo, Bartomeu se ha echado atrás y no se ha atrevido a aplicar un castigo a un jugador que ya se sabe que no seguirá en el Barça la temporada que viene. La directiva ha hecho una prospección en el vestuario y ha descubierto que una sanción ahora a Dani Alves, lejos de apaciguar los ánimos, hubiera significado un auténtico revuelo entre los jugadores, que se habrían posicionado en favor de su compañero. Desde Messi y Neymar, hasta Mascherano e Iniesta. Los cuatro jugadores consultados han sido de la opinión de que un castigo, en este momento, sería más perjudicial que beneficioso para el colectivo y que lo mejor era dejarlo pasar a la espera de confirmar la recuperación del buen camino perdido a partir del clásico ante el Real Madrid.

Las razones del cambio de opinión de Bartomeu

Bartomeu se ha asustado ante la reacción del vestuario y se ha echado atrás. Los jugadores han asegurado al presidente que la plantilla se ha conjurado para conseguir el doblete y que ahora mismo una sanción sobre Dani Alves repercutiría en el grupo más negativa que positivamente. Y Bartomeu ha tragado. No por falta de ganas, sino porque lo único que le interesa al presidente es que el equipo reaccione ante el Valencia y no quiere servir de excusa para un nuevo fracaso por una decisión inoportuna contra un jugador que se ha saltado a la torera el régimen de conducta interno que rige en el club para sus profesionales.