El míster celebró muy efusivamente el gol de Puyol. Guardiola se giró hacia el banquillo de Unai Emery y celebró el gol como si fuera el último. Hacía mucho tiempo que no veíamos a Pep Guardiola celebrar un gol así, liberando las tensiones a las que está siendo sometido el equipo en las últimas semanas.
Pero no fueron tensiones solamente lo que liberó. El de Santpedor estalló de rabia al marcar el gol como respuesta a las triquiñuelas que practicaron los valencianistas para entorpecer al FC Barcelona. Es decir, el haber dejado el césped en lamentables condiciones, sabiendo que es una pieza fundamental para el Barça.
Por eso se giró y gritó: "¡Poned el campo seco, poned el campo seco!". Lo cierto es que los mismos jugadores se quejaron en la zona mixta del estado de la hierba, alta y seca, que se encontraron en Mestalla.