Quique Sánchez Flores sufrió en sus carnes el tornado de Leo Messi desde el banquillo del Espanyol. El técnico madrileño vio como el crack argentino se cargó fácilmente sus ilusiones de su primer derbi como periquito. Y lo hizo con un magnífico recital en el que dejó a todo el mundo asombrado y que además rubricó con un golazo de bandera. Tras el encuentro, el entrenador periquito se dirigió directamente hacia el '10' azulgrana para hacerle una confesión que luego reveló ante las cámaras. Asombrado por las jugadas estratosféricas del crack que acababa de presenciar, Quique admitió que "Felicité a Messi por su humildad, le pegan, no se queja y sigue jugando", y añadió en su confesión que "Mi hijo es fan del Barça y me pide hasta su camiseta". No es para menos: el astro argentino dejó para los anales varias jugadas que hicieron levantar a muchos del sillón y dejarlos incrédulos. Sobre Messi, el técnico apuntó también que "es difícil pararle", y felicitó al rival: "Durante el juego hemos intentado sorprenderles en el campo, una vez acaba el encuentro hay que darles la enhorabuena y reconocer lo que han hecho".
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