“Nostálgicos y resentidos”
El 13 de agosto de 2006, Ramón Besa y Noelia Román entrevistaban al candidato Laporta en El País. Ya se sabe que, cuando había que recurrir a la voluntad del socio, Laporta siempre estaba disponible para los medios de comunicación. No era una estrategia de gobierno. Sólo el resultado de su egoísmo. Y, claro, aprovechó en aquella época para cargar contra su ex amiguísimo. Le preguntaba El País: ¿Qué le pareció la nota de Sandro Rosell en la que le catalogaba de “arrogante”? Respuesta: “Me da lástima ver cómo actúan algunos. Es tan obvio que la situación es tan buena que merece festejarse. Parece que algunos no disfrutan ni estos momentos, su resentimiento, filias y fobias les impiden celebrarlo. Lo lamento de veras porque yo he compartido grandes momentos con ellos. En la vida hay circunstancias que te separan. Ellos no quisieron seguir compartiendo nuestro modelo (que a la postre se ha revelado que era bueno) y prefirieron marcharse. Hubo gente que no aguantó la crisis de esperar que llegara el éxito, la crisis de la presión". Ese modelo no debía ser tan bueno cuando apenas dos años más tarde los socios le demostraron su rechazo de forma suficientemente mayoritaria. Los directivos dimitidos a raíz de los resultados de la moción de censura no quisieron seguir compartiendo su modelo porque ése no era el programa que se prometió a los socios en la campaña electoral. Y, obviamente, prefirieron marcharse con la cabeza alta antes que convertirse en cómplices de un proyecto basado en la hipocresía y el embaucamiento a los socios. Y un abogado como él prefería seguir viendo fantasmas por todas partes antes que admitir que o no quiso o no supo leer correctamente los estatutos del club. Bastante vergüenza debía sentir al verse cogido de la oreja por un juez para convocar las elecciones cuando él no quería. “Ahora, de manera inesperada (sería que no había sido avisado; desde su primer día de mandato, por ejemplo), se ha interpuesto un proceso electoral promovido de manera muy sospechosa: las personas que figuran como denunciantes no están solas, sino que ha habido otras que les han animado a forzar la situación en que nos encontramos y que curiosamente no han hecho acto de presencia”. Fuera cierto o no, que es mucho suponer, lo trascendente no era si los demandantes iban por libre o no, sino que les asistiera la razón y que un juez tuviera que poner orden en el club obligándole a respetar la ley. La situación era tan humillante que no quedaba más respuesta coherente que echarle la culpa a las confabulaciones judeomasónicas. Y a esos que estaban detrás, se supone que Rosell o Moix, que recientemente le habían llamado “arrogante” uno, y “cobarde y tramposo que tiene algo que ocultar” el otro, les enviaba un mensaje: “Yo no tengo el resentimiento que expresan con sus manifestaciones. Me parece triste y me provoca lástima. Les faltó responsabilidad y madurez para superar la crisis de crecimiento”. Se supone que esa crisis de crecimiento a la que se refería no tenía nada que ver con la crisis de autocomplacencia, autogestión y desgobierno que caracterizarían a los dos siguientes años de ese modelo tan maravilloso del que presumía y en los que no tuvieron nada que ver los “irresponsables e inmaduros” que abandonaron su barco. Y que no serían los últimos, porque luego marcharían nueve más, ignorantes de que un día se aparecería la “virgen Guardiola” y pondría orden en el caos instalado en el régimen laportista. Preguntaba El País “¿No le parece que la fecha en que han convocado las elecciones es inoportuna porque no facilita ni el debate ni la participación?” Respuesta: “Yo no he convocado las elecciones. Lo ha hecho una junta gestora después de un mandato judicial que abogaba por la inmediatez. Quienes han firmado las demandas, que son muy respetables como socios, no están solos sino que detrás de ellos hay personas que deberían haber calculado mejor el tempo del proceso. Hay gente que ha forzado la situación y no ha calculado el momento. Tal y como va el club, sería un disparate cambiar de modelo, supondría entrar en una dinámica autodestructiva y en este sentido hay que entender la convocatoria inmediata. La posibilidad de que se toque un modelo que funciona ha movilizado al socio, que acude indignado a nuestra sede electoral. La gente entiende que una cosa que funciona no hay necesidad de destruirla”. Le volvió a salir la vena hipócrita. Quería convencer al socio con la peregrina idea de que Sala i Martín fijó la fecha sin consultárselo antes, pero ya no embaucaba a nadie. Tal y como iba el club el disparate era mantener el mismo modelo, de ahí que poco después surgiera una moción contra él con el respaldo masivo de los socios, que no entendían de dinámicas autodestructivas amparadas en el miedo sino de modelos de gestión nada convincentes. Es posible que una parte de la masa social acudiera indignada a su sede electoral. Tan posible como que dos años después una amplia mayoría de socios votaron por un cambio de estilo, quizá por entender que una cosa que no funcionaba debía ser cambiada.
“Fiel a los principios cruyffistas”
El 22 de agosto de 2006 Joan Laporta era proclamado de nuevo presidente sin oposición. En su toma de posesión prometió mantener el "modelo eficiente" de su mandato. Mintió: cero títulos en los dos siguientes años. El modelo eficiente tuvo que aportarlo Guardiola viniendo de fuera, de la candidatura de Bassat, por ejemplo. Y, eso sí, advirtió que se mantendría "fiel" a sus "principios cruyffistas". Ya no se escondía. Si el Barça se partió en dos con el nuñismo y el cruyffismo, él intervenía en la cicatrización de la herida tomando partido desacomplejadamente por uno de los bandos. Como presidente sectario que siempre fue, él se postulaba como líder de quienes sintonizaban con Cruyff como lo era también de los alineados en la onda nacionalista. A los demás les tocaba aguantarse. Era el estilo Laporta. Y eso que aún tenía la desfachatez de asegurar que se esforzaría en ser “el presidente de todos los barcelonistas". Le faltó añadir “menos de los resentidos que no han sabido digerir mi triunfo electoral y de los que no comulgan con los principios fundamentales del cruyffismo”. Añadía en su toma de posesión su deseo de "continuar con el cambio que empezamos hace tres años". Esa continuidad consistiría en caer en la autocomplacencia durante dos años permitiendo la devaluación lastimosa de los integrantes de una plantilla que en ese momento era la mejor del mundo, lo que condujo a una seria crisis de resultados: 0 títulos en dos años, al margen de fiascos monumentales en las secciones y detalles feos, muy feos del presidente que acabaron con la paciencia de los socios hasta el punto de convertir la moción de censura en una necesidad.
"Hemos demostrado una gran cultura democrática y volvemos a asumir la responsabilidad con la intención de dedicar los mejores años de nuestra vida al Barça". No quedaba claro si el verbo dedicar era para él sinónimo de disfrutar. Lo cierto es que la cultura democrática la demostró negándose a cumplir las ordenanzas marcadas en los estatutos y obligando a un juez a llamarle la atención para que se ajustara a la ley dimitiendo y convocando elecciones.
Esquerra Republicana, con Laporta
Al acto de proclamación de Joan Laporta acudió el president del Parlament, Ernest Benach, poco antes de ser invitado al Mundialito de Clubs en Japón. También el ex conseller de Governació, Xavier Vendrell, amigo personal de Laporta. Tampoco faltó Magda Oranich, de CIU, una admiradora de Laporta que acabaría siendo nombrada dos años después Sindica del Soci con derecho a asiento en el palco y canapés y luego directiva con atribuciones para viajar y compartir banquetes.
La trama anti Laporta
Como en el caso de las alfombras de Gaspart y el sponsor chino, Joan Laporta no cumplió su palabra de desenmascarar a los protagonistas de la trama urdida contra su persona en la convocatoria de elecciones. Durante la precampaña electoral amenazó con descubrir al término del proceso a los instigadores de la conspiración, a los que estaban detrás. A la hora de la verdad, también en este caso la transparencia prometida se desvaneció detrás de la ya habitual cláusula de confidencialidad. El socio merecía información de primera mano sobre el caso. Y más ante la gravedad de unas afirmaciones que hablaban de oscuros intereses. Una vez más lanzaba la piedra y escondía la mano.
“Más Champions Leagues”
La ley le había privado de un año de mandato, pero Laporta estaba eufórico en el inicio de su segundo periodo presidencial. Preguntado sobre el sorteo de la Champions League, estaba que se salía. Le decía a Avui: "No tengo preferencias sobre los primeros rivales. Cuando pienso en la Champions lo primero que me viene a la cabeza es Atenas: que sea una gran final y que la gane el Barça". Fue en ese momento cuando hizo pública su ya famosa aspiración de ganar los siete títulos en disputa esa temporada. Pero a él lo que le motivaba era la Champions: "Al club le conviene ganar más Champions y tenemos plena confianza en la forma magistral con que Frank Rijkaard dirige el equipo ".
Tenía razón, al Barça le convenían más Champions. El problema era que la forma magistral de dirigir el equipo que mostraba Rijkaard no era la más idónea y sólo podía conducir a dos años en blanco y a una moción de censura. Tan magistral era la forma de dirigir de Rijkaard que fue despedido. Para volver a ganar la Champions League necesitaría echar mano del secretario técnico de la candidatura de Bassat.
Colabora con la Cruyff Academics
El 9 de septiembre de 2006 Mundo Deportivo describía un acto de Joan Laporta en la Universidad Pompeu Fabra: “Inaugurará esta tarde el Curso sobre Actividades Deportivas de la Universitat Pompeu Fabra, que se estrenará este año e incluirá el I Master de Dirección y Gestión de Deportes, constituyendo así una alternativa a las materias propuestas desde hace más de un lustro por la escuela universitaria Cruyff Academics. El presidente azulgrana comparecerá en el campus de la Pompeu e impartirá una clase magistral bajo el título ‘Fútbol y escuela’. Por los negocios de Cruyff el presidente del Barça se prestaba a lo que hiciera falta.
Ausente en el homenaje a Suñol
El 18 de septiembre de 2006 tuvo lugar en la iglesia de Santa Maria del Pi un cálido homenaje a Josep Suñol, presidente del club asesinado por el franquismo, al que acudió Toni Rovira en representación del club. El presidente debía estar nuevamente ocupado en ese momento con asuntos más importantes y provechosos. Suñol no tuvo la suerte del amigo Cruyff.
Otra ausencia significativa
El 26 de septiembre de 2006 tuvo lugar la presentación del encuentro amistoso e histórico que iba a enfrentar a las selecciones de Catalunya y Euskadi. Al acto asistieron los presidentes del Espanyol y del Nastic. El Barça envió al vicepresidente Alfons Godall. De esta manera mostraba Laporta lo mucho que le preocupaba el tema.
José María García se pregunta de qué vive
El diario Sport le preguntaba al periodista José María García por Joan Laporta el 13 de octubre de 2006. Respuesta: “No me gusta. Está utilizando al Barça para su carrera política. Es un político al que ni apruebo ni repruebo, pero cuando estuvo en la oposición sus métodos no fueron correctos y los defectos que denunció de Núñez son sus pecados. Mi impresión es que a través del Barça hace una carrera política. No vamos a descubrir ahora su militancia, pero llama la atención que ésta sea un contrasentido respecto a su familia política. Y otra pregunta: ¿De qué vivía antes de ser presidente?”
Coloca a su prima en la Fundació
Marta Segú i Estruch se convertía, por la gracia del presidente, en la nueva directora de la Fundació del club sustituyendo a Lander Unzueta, que pasaba a desarrollar labores de marketing. Se da la circunstancia de que Marta Segú era prima hermana del presidente. Todo quedaba en casa. Firmado por Toni Frieros, podía leerse en Sport: “En la empresa privada cada uno puede hacer lo que quiera con su dinero. Cuando estás en un cargo que depende del dinero de los contribuyentes o socios hay que ser mucho más escrupulosos. No pueden permitirse el lujo de que se cree la más mínima sombra de duda”. Eso es.
Cofrade de Honor del cava
Poco preocupado por el qué dirán, el 13 de octubre de 2006 Joan Laporta era nombrado Cofrade de Honor en la Semana del Cava en Sant Sadurní d’Anoia. Compartiendo honores con la bella actriz Vanesa Romero, salió muy guapo en las fotos vestido con smoking y portando la capa de la cofradía. No podía acudir a todos los compromisos, pero a los importantes no faltaba. ¿Sería para cumplir la cuota de los cuatro actos diarios?
Abramovich pasa de él
El 18 de octubre Laporta entraba a formar parte de una nueva comisión estratégica en la UEFA para defender los intereses de los principales clubs europeos. Los otros comisionados eran Peter Kenyon, director general del Chelsea; Humberto Gandini, del Milan; y Maarten Fontein, del Ajax. Laporta era el único presidente. Los demás, empleados de sus respectivos clubs. Una vez más mostraba sus dificultades para conjugar el verbo delegar y su facilidad para sacarle brillo a su apellido. Quizá por eso, por su excelente disposición a implicarse en asuntos que nada tienen que ver con la figura de un presidente, el multimillonario Roman Abramovich, el dueño del Chelsea, declinó la invitación de Laporta para asistir a una comida de directivas, previa a un Barça-Chelsea, y optó por enviar en su lugar a su director general que, a diferencia de la directora general del Barça, sí ejercía de embajador de su club en el mundo. Por supuesto, Anna Xicoy, que en ese momento debía estar trabajando, no asistió a la comida que Laporta organizó, naturalmente en el Drolma, para agasajar al director general del Chelsea y cinco miembros de su directiva. Por parte blaugrana hicieron el esfuerzo de acudir al afamado restaurante acompañando a su presidente Vicens, Godall, Cambra, Perrín y Ferrer, estos dos últimos responsables del fútbol base y las secciones, de lo que se supone que también se habló en la comida con los representantes del Chelsea. También degustaron las delicias culinarias de Fermí Puig miembros de la UEFA y del consulado General de Gran Bretaña. El Barça y su anónima masa social mostraban también así su solidaridad con el mundo rico.
Mañana, capítulo 20
Comida en Valdebebas / Laporta, en la película “En un momento dado” / También en la FIFA / Viajes a México / La chica brasileña / Laporta y FECSA-ENDESA / Su participación en el PI y Pilar Rahola / “¿Quién es antidemocrático?” / El búnker del palco y los viajes / Gastos sin justificar / Preocupa el niño japonés
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