Desmontando el mito Cruyff (lo que nadie explica) cap. III

Desmontando el mito Cruyff (lo que nadie explica) cap. III

| 2016-03-26

| Administrador

Valedor del nuevo sistema de gestión

Para compromiso, el de Cruyff con el Barça. El 9 de julio de 2005 Mundo Deportivo informaba de que “El Barça estrena un sistema de gestión innovador (…) Se estrenará en 2005-2006 un nuevo software denominado 1-2 Focus (…) El G-14 recomienda dicho software a sus afiliados, y la Cruyff Academics Internacional y Frank Rijkaard se cuentan entre sus valedores”. Se trataba, claro está, de una compañía holandesa. Qué casualidad. Y seguro que Cruyff estaba ahí metido de manera desinteresada, haciendo país.  

“Es de enfermos buscar culpables por ganar la liga

El 17 de julio de 2005 manifestaba Cruyff a Sport: “Es de enfermos buscar culpables por haber ganado la liga”, una frase que venía también a recordar enfermizas obsesiones de muchos, entre ellos el propio Johan, cuando se ganaban ligas con solvencia pero sin su firma y bendición, cuando prefería remar en dirección contraria fiel a su lema, entonces, de “siempre negativo”. Decía: “El problema del Barcelona siempre está fuera, nunca dentro”. Él, que estuvo siete años fuera conspirando y desestabilizando, lo sabía mejor que nadie. “Parece que la gente esté empeñada en destacar las cosas malas y no las buenas”. La frase podría haberla firmado Bobby Robson o Louis Van Gaal sobre Cruyff años atrás, cuando se ganaban títulos y el gurú y su entorno buscaban la manera de echarle agua al vino.  

“El club ya no es presidencialista”

El 27 de agosto de 2005, en La Vanguardia, aseguraba: “Antes el club era presidencialista. Ahora no”. Claro, porque lo decía él. Ahora el presidente escuchaba a Cruyff antes de tomar decisiones por unanimidad consigo mismo. Esa era la gran diferencia. Mientras tanto, algún directivo se quejaba por sentirse como un simple número dentro de la junta.  

“Rosell no puede hacer el organigrama

Y añadía: “Rosell lo había hecho todo, por ejemplo el organigrama del fútbol base… y esto no es una tarea de un directivo, sino de un director técnico, junto con el entrenador. No puede ser que uno haga tareas que le corresponden a otro”. Lo que sí podía ser es que Alejandro Echevarría, el cuñado de Joan Laporta y patrono de la Fundación Francisco Franco,  tomara decisiones sobre renovaciones de futbolistas o sobre ceses en las secciones. Aunque, claro, en estos casos, las determinaciones se adoptaban por unanimidad. También sería bueno recordarle que en su época de jugador y de entrenador el Barça nunca tuvo un secretario técnico. En los dos periodos las decisiones deportivas las tomaba él desde el césped o desde el banquillo. ¿A qué venía entonces ese amor por la figura del secretario técnico? En realidad suena a excusa hueca para justificar la presencia de su protegido Begiristain, dándole sentido a su cometido, y eliminar al incómodo y popular Rosell de un paisaje en el que estorbaba. Luego se sabría que, con Rosell fuera del club, personal del entorno directo de Cruyff se dedicó a ejercer o a intentar ejercer la intermediación en determinados fichajes. Por cierto, el fútbol base funcionaba bastante mejor con el organigrama ideado por Rosell que con el que pensó luego Txiki. Y es que la capacidad para gestionar no se improvisa en unos meses. Otra cosa es que el club deba funcionar a golpe de improvisación. Y ahí sí, ahí Cruyff siempre fue un verdadero maestro. Si sale bien es gracias a mí. Si sale mal, no me hicieron caso. “No hace falta un directivo del fútbol. Ya hay un director técnico”. Así de sencilla era la explicación del divorcio Laporta-Rosell. Johan se explicaba como un libro abierto. Laporta tuvo que escoger y se quedó con su amigo/cliente/asesor.  

Su concepto de la transparencia

Esta junta no hace trampas ni cosas raras (…) Luego está el tema de la transparencia, que es una palabra que suena bien, pero que hay que medirla muy bien. Si hay que sacar cosas que dejen en ridículo al club, mejor no sacarlas”. Rectificar es de sabios. Años atrás Cruyff exigía transparencia a cualquier precio. Después, cuando mandaban los suyos, mejor que según qué cosas no se supieran… ¿Para no dejar en ridículo al club o al presidente, quizá?  

No quiere pagar impuestos

El 11 de septiembre de 2005, Johan Cruyff añadiría un nuevo capítulo en su cruzada contra el gobierno holandés (y contra cualquiera que no se postrara rendido a sus caprichos). Desaparecido Núñez, contra alguien había que disparar. Podía leerse en Sport: “El ex entrenador azulgrana estalló tras saber que deberá pagar a Hacienda un 8 por ciento de las donaciones recibidas para su proyecto Oranje Court –la construcción de varios campos de fútbol con el objetivo de ayudar a la integración de inmigrantes y que ha tenido el apoyo de varios futbolistas de la selección–, lo que supondrá, según explicó, “tres campos menos”. “Hablan de integración, pero no ponen más que dificultades cuando desde el deporte estamos haciendo lo máximo”, aseguró un Cruyff enfadado también por la negativa del Gobierno a acelerar la nacionalización de Salomon Kalou. “La ministra ha hecho todo lo posible para que no se llevara a cabo”, afirmó. Además de tratar de colarle al gobierno la nacionalización de un futbolista contraviniendo la ley, pretendía tener un trato fiscal de favor y ahorrarse los impuestos que pagan todos los demás. Debió pensar que eso es cosa de gente corriente y que a él había que dejarle hacer porque todo lo que maquinaba su privilegiado cerebro siempre fue por el bien general. Desgraciadamente para él, el gobierno holandés no tenía el perfil de la directiva de Laporta. No coló.

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El caso Kalou

Acostumbrado como estaba Johan Cruyff a que su palabra fuera ley en el Camp Nou, llegó a pensar que hasta el gobierno de su país caería rendido a sus pies ante cualquiera de sus instrucciones. El 24 de septiembre de 2005 Sport se hacía eco de una noticia de carácter “internacional”: “El gobierno holandés ha dicho “no” a la solicitud de Salomón Kalou, quien pretendía conseguir una nacionalización especial (…) Kalou ha recibido el apoyo expreso de Cruyff y Van Basten, quienes han declarado públicamente que las cualidades técnicas del jugador son un enriquecimiento para el fútbol holandés”. Se requieren cinco años de residencia en Holanda para obtener la ciudadanía y Kalou sólo llevaba tres. Pero Johan estaba convencido de que, sí él lo “exigía”, el gobierno de su país acataría sus órdenes. Sin embargo, el primer ministro, Jan Pieter Balkenende, no estaba por la labor: “Kalou recibirá la nacionalidad holandesa, pero no de forma rápida, sino como cualquier ciudadano”. Cruyff no calculó bien las distancias. Él no era “cualquier ciudadano”, pero Kalou sí. Y en democracia un futbolista es exactamente igual que un emigrante que llega al país sin papeles, aunque Cruyff no lo supiera. Finalmente Kalou no pudo jugar el Mundial, la Holanda del amigo y protegido Van Basten causó una penosa impresión, pese a la enorme calidad de sus jugadores y, para acabarlo de arreglar, tuvo que ser la Portugal de Scolari y Deco quien ejerciera el papel de verdugo. Pero la culpa no fue de Van Basten. La culpa fue de…¡la ministra! No le hizo caso, no quiso hacer trampas nacionalizando a Kalou y entonces llegaban las consecuencias: Holanda, eliminada por su culpa. Y su delfín Van Basten, humillado por su odiado Scolari. Esa ministra merecía pagar cara su osadía. El 28 de junio podía leerse en Sport: “Johan pide la dimisión de Rita Verdonk, titular de Inmigración, por no dar la nacionalización a tiempo a Kalou”. Como si la ministra de inmigración fuera un Núñez cualquiera, Cruyff se creía en el derecho de decidir sobre su continuidad. Así lo reflejaba Sport: “Kalou no fue al Mundial y Holanda cayó eliminada... Y Cruyff cargó ayer contra la ministra con tal dureza que poco menos exigió su dimisión. Un ministro está al servicio del interés del país y eso está claro que no lo ha hecho Verdonk, afirma Cruyff, que pide así su marcha: Si un jugador del calibre de Kalou quisiera formar parte de mi equipo y mi gestor no lo aceptara debería tener consecuencias, y eso también es válido en el caso de Verdonk con nuestra selección. Qué duro le resultaba a Cruyff descubrir que no todo el mundo estaba dispuesto a ejercer el vasallaje a su servicio. Cuando alguien no le concedía tratamiento de ser superior ni se plegaba a sus caprichos se llevaba unos berrinches tremendos. En el caso de Kalou lo que Cruyff entendía por servir al país era recurrir al chanchullo y el fraude.

Xavi rectifica sobre Cruyff

Sandro tiene razón cuando le pide a Johan que se aparte” manifestaba Xavi poco después de la traumática salida de Sandro Rosell del Barça. Trece días después, recién renovado su contrato, el centrocampista internacional cambiaba de opinión, se supone que como consecuencia de un repentino y solidario ataque de unanimidad con las opiniones de su generoso presidente. En una entrevista concedida a La Vanguardia señalaría luego que “siempre hay que hacer caso a los comentarios de Cruyff (…) A mí me preguntaron por Sandro Rosell y yo dije que él estuvo bien en la rueda de prensa de su despedida, pero en ningún momento dije que Cruyff influenciaba a todo el mundo, sino que Cruyff es una persona muy trascendente en el Barça”. Mejor así. Xavi, que es de la casa, sabía muy bien lo que podía ocurrir si de pronto Cruyff le incluía en su lista negra. De hecho sabía que, en los primeros meses de Rijkaard en el banquillo, un satélite de Cruyff cuestionó en una tertulia televisiva a “los bajitos” porque “a Rijkaard no le gustan”.

Piensa como su odiado Weisweiler

El 3 de septiembre de 2005 sostenía en La Vanguardia: “La magia la tienen que poner Ronaldinho y Deco que, con descanso o sin él, no andan finos (…) Está claro que el portugués atraviesa un alarmante bache de juego (…) No creo en las rotaciones, creo en el descanso de aquellos que tienen que recuperar la chispa que han perdido”. Eso mismo es lo que pensó de él en 1975 el técnico alemán Hennes Weisweiller, cuando, harto de lo que estaba viendo, decidió sustituir en el Sánchez Pizjuán al gran Johan, indiscutible número uno mundial en esa época, porque no veía en su juego ni magia ni chispa por ningún lado. La respuesta del mito Cruyff fue un salivazo a dos metros del banquillo cuando se iba y el inmediato chantaje al club del sumiso presidente Montal: “O él o yo”. Evidentemente Montal se quedó con él y así le fue al Barça. Sin títulos y con la caja de caudales repleta de telarañas debido al desorbitado contrato de una estrella que no garantizaba trofeos. Por fortuna ni Ronaldinho ni Deco arreglaban sus diferencias con el entrenador a base de salivazos públicos.  

Scolari también le para los pies

Lejos del Camp Nou todavía quedaba alguno que no se cortaba con él. El 11 de septiembre de 2005, en El País, Scolari, el técnico campeón del mundo con Brasil y finalista de la Eurocopa con Portugal, le enviaba un recadito: “¿Deco? Las bobadas que dice Cruyff sí que son alarmantes”. Luego, en La Gradería de Radio Barcelona, el técnico brasileño precisaría que “se mete con Deco porque es amigo de Rosell, como con otros jugadores brasileños que también simpatizan con el ex directivo. Si Deco fuera holandés probablemente no diría lo mismo”.

“Es un poquito dios”

Ronald Koeman, entonces entrenador del Benfica de Lisboa, ponía un toque de humor en El País: “Es muy libre de opinar de lo que le dé la gana, por algo es Cruyff. Pero suerte que a Cruyff no le interesa la liga portuguesa. Es un poquito dios y tiene mucha influencia en el club".

 

Sus intereses en los servicios médicos

Por esas fechas el semanario El Triangle informaba acerca del interés de Johan Cruyff por intervenir en los servicios médicos del club, algo que ya había denunciado Jordi Monés cuando presentó su dimisión como directivo y responsable del departamento médico. Según la información, el amigo de Laporta y Antoni Tramullas, integrante de los servicios médicos del club por recomendación del mismo Cruyff, eran propietarios al 50% de Teknomedic Spand SL, empresa constituida en 2003 –el año en que Laporta accedió al poder blaugrana- que en 2004 ya había vendido una máquina hipertérmica al FC Barcelona. En la información de El Triangle se podía leer que Jordi Ardèvol, el jefe de los servicios médicos del club, suponía un obstáculo para los negocios médicos que Cruyff tenía previsto realizar con el club. Unos meses después Ardèvol sería invitado, casualmente, a abandonar la entidad.  

Como Pedro por su casa

El 28 de febrero de 2006 podía leerse en Sport que “Johan Cruyff hizo aparición en el acto de clausura del Master de la escuela de negocios que lleva su nombre y que se celebró en los nuevos palcos del Camp Nou flanqueado por multitud de ex deportistas y deportistas en activo como Jordi Villacampa, Rafael Jofresa o Natalia Via-Dufresne y por Joan Laporta, el presidente del Barça, entidad que colabora activamente con la escuela a través de la Fundació”. O lo que es lo mismo, el gurú Johan utilizaba las instalaciones del club para sus actividades particulares y echando mano incluso de la presencia del presidente de todos los barcelonistas. También nos enterábamos entonces de que en la distribución de la solidaridad blaugrana, la Fundación del club tenía muy en cuenta las necesidades de la escuela de negocios del amigo del presidente. Así valoraba e-noticies.com el matrimonio entre la fundación del club y la de Johan Cruyff: "La Fundación del FC Barcelona nació como una entidad benéfica de tipo cultural y de difusión del deporte, especialmente en Catalunya, sin ánimo de lucro. Los objetivos son tan amplios que ahora ha traspasado fronteras y colabora con la Cruyff Academics International, una institución para la formación de deportistas en el campo profesional. Esta entidad académica, que trabaja conjuntamente con La Salle, tiene actividad en Holanda, México y otros países, con alumnos que lógicamente pagan sus cuotas y los derechos de matriculación. En Barcelona, según la web www.cruyffacademics.org, las clases se dan en el histórico campo del Barça, lo que demuestra la gran colaboración que hay entre el ex jugador y ex entrenador y el club azulgrana. Hasta tal punto llega, que estos cursos son promocionados a través de un folleto editado por el club como Fundación FC Barcelona. La gran amistad entre los dos Johan (ex entrenador y presidente) ha facilitado este acuerdo, que se supone que debe dar algún beneficio económico al club. Al menos, suficiente para conservar las numerosas esculturas situadas en el exterior del estadio, que están deterioradas y que sí son competencia de la Fundación FC Barcelona."  

Sus máquinas, cuestionadas

El 3 de marzo de 2006 el portal e-noticies.com cuestionaba la eficacia de las máquinas colocadas por la empresa de Cruyff en el club de su amigo Laporta. “Desde el día 4 de diciembre ha habido hasta 10 lesiones en los músculos isquiotibiales y los médicos piensan que algo se está haciendo mal: o bien el entrenamiento o los complementos de los entrenamientos, para lo cual se utilizan las máquinas de recuperación de Cruyff y su socio, el doctor Tramullas. Estas máquinas, llamadas de hipertermia, estimulan la musculatura para aumentar la resistencia. Un mal trabajo en la máquina puede llevar al desequilibrio de fuerzas entre los músculos. Los médicos han detectado, efectivamente, que un desequilibrio entre la fuerza de los músculos extensores y flexores podría explicar la causa de tantas lesiones”.  

“Ahora el Barça sí es un club señor”

Obviamente, Johan estaba encantado con la gestión de Laporta en el club. Colocaba a sus amigos, entraba en el vestuario cuando quería, tenía plaza fija en el palco, la fundación del club atendía cualquier necesidad de sus empresas, le colocaba sus máquinas a los servicios médicos, miembros de su séquito intermediaban en diversas actividades del club… ¡Vaya diferencia respecto al Barça de Núñez, cuando no tenía autonomía para hacer y deshacer a su antojo! No es extraño que manifestara a Barça TV el 27 de abril que “ahora el Barça es un club señor”. Lógicamente, antes, cuando mandaba el que no escuchaba sus consejos, no lo era. Es un criterio como otro cualquiera para valorar el señorío de un club. Cruyff tenía su propio criterio y motivos para estar contento.  

Ausente en Planet Football

Poco después, Johan, que tenía tiempo para asistir a amistosos de costellada o a actos en las instalaciones del club en los que podía obtener un rendimiento económico, anunciaba que no podía acudir a la inauguración de la Feria Planet Fútbol, en Barcelona por problemas de agenda. Problemas que, sin embargo, no tuvo el presidente del Bayern Munich, Franz Beckenbauer, para prestigiar el acto con su presencia. ¿Problemas de agenda o de celos que vienen de lejos? Beckenbauer sí demostró su señorío. “El Kaiser” era por esas fechas bastante más que un jugador de golf que opinaba de fútbol.  

El libro de Rosell

El 5 de mayo de 2006 Johan Cruyff daba su opinión sobre el libro lanzado al mercado por Sandro Rosell, “Benvinguts al món real”, un libro que el tiempo convertiría en best seller gracias a la gran aceptación encontrada fundamentalmente entre los socios del Barça. “Cualquiera puede escribir un libro”, decía el gurú. Él lo sabía muy bien, porque en diversas etapas de su vida inundó el mercado con libros, discos, artículos en prensa, películas y hasta cursos académicos con su firma. Eso era capaz de hacerlo quien sólo tenía preparación para darle patadas al balón con una gracia especial. Ante una realidad como ésta parece evidente que cualquiera podía escribir un libro. Pero no, había más: “Rosell sólo ha estado un año dentro del fútbol. ¿Cómo se puede tomar en serio un hombre que ha estado un año en el club? Me da risa. Yo llevo 40 años en esto y no he hecho nunca un libro. No lo he leído ni me interesa. Es perder el tiempo”, sostenía. Él, tan quisquilloso con la experiencia y preparación de los demás, ni siquiera se tomó la molestia de realizar un curso para poder entrenar y dirigió al Barça clandestinamente sin poseer titulación alguna. Así iba por la vida. Ya en su etapa de jugador adoptaba decisiones que competían al entrenador. Por tanto, lo de la experiencia y titulación no valía para él. Cruyff se mofaba del libro de Rosell y decía que no pensaba leerlo. Él no necesitaba leerlo para saber que era un mal producto. Mucho mejores fueron sus libros o su película, esa que, a diferencia del best seller de Rosell, sólo dio para estar una semana en cartel y fue retirada por el nulo interés suscitado entre el público. A eso se le podía llamar respeto a un socio con más de 30 años de antigüedad de pago, que nada tiene que ver con alguien que había vivido del club durante más de 30 años, como era su caso. Cruyff no tomaba en serio a Rosell por su inexperiencia. Sólo un año. Sin embargo, dos años más tarde expresaría otro concepto de la experiencia diametralmente opuesto refiriéndose a Pep Guardiola, a quien había que tomarle muy en serio como técnico del Barça sin haber entrenado en Primera División y con un año de experiencia en Tercera. Sin la más mínima experiencia en el mundo editorial se atrevía a ejercer de periodista escribiendo una página semanal en La Vanguardia y luego en El Periódico o sentando cátedra en la COPE o Marca. Sin conocimientos del mundo de la música lanzó un disco al mercado. Sin saber leer un balance, ejerce de empresario. Sólo él, que está por encima del bien y del mal, puede hacer lo que le venga en gana. Los demás, si no son de su cuadra, deben apartarse. Muy bien debió hacerlo Rosell para merecer tanta saña en sus ataques.  

“Nunca ha habido una unión tan grande”

El 10 de mayo sostenía en el programa Tu diràs, de RAC 1, que “en los últimos 25 años no ha habido una unión tan grande”. Lo que no decía es que en los últimos 25 años nunca se había dado la circunstancia de que no existiera oposición en el club. Y añadía: “Es porque la directiva no se mete a la hora de hacer fichajes –ya no se fichaban Ronaldinhos y Decos, ahora llegaban Albertinis, Maxis, Ezquerros, Thurams, Henrys o Zambrotas, Cáceres, Hlebs, Henrique o Keirrisons- y los técnicos anteponen al club y a los jugadores a sus personas”, lo que daba pie a pensar que los técnicos, a diferencia de lo que ocurría en el pasado, ya no estaban por la labor de colocar a hijos, yernos o novios de sus hijas en los equipos del club.  

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Qué buenos son los actuales directivos

El 16 de mayo de 2006, en pleno jaleo por las entradas de París, escribía en La Vanguardia: “De la gente de hoy ninguno de ellos es capaz de hacer una mala jugada a nadie. Toman decisiones porque están convencidos de que lo que hacen es lo que es bueno para el club, no para ellos”. En eso mismo estaban pensando los directivos “de hoy” en esa época cuando utilizaron para su propio beneficio las entradas de la final de París que eran propiedad de los socios, tal y como ellos mismos denunciaron años atrás. O cuando anunciaron una cifra falsa de entradas para los socios que luego acabó en buena parte en manos de sus propios compromisos. ¿Lo harían porque eso “era bueno para e club y no para ellos“? “Ninguno de ellos es capaz de hacerle ninguna mala jugada a nadie”, decía Cruyff ¿Habrá que creerlo sólo porque lo diga Cruyff? ¿No fue una mala jugada a los socios quitarles sus entradas para repartirlas entre sus compromisos?  

Demasiados escándalos en el pasado

Si no se han jugado más finales es porque se falló fuera del campo; sólo hay que ver los escándalos” Curiosamente, en una buena parte de esos escándalos aparecía él como protagonista. “En nuestra época casi todo acababa en nosotros, no había influencia del otro lado, era un círculo cerrado entre los jugadores y los técnicos. En esta época, apoyo de la junta no tenías nunca”. ¿No era eso lo que reclamaba, autonomía en el vestuario? No se aclaraba. Ahora se quejaba porque le dejaban trabajar a su aire. Sería por ese apoyo inexistente que aguantó ocho años en el banquillo y nunca tuvo la dignidad de dimitir por incompatibilidad con una directiva con la que, al parecer, era imposible trabajar. Sólo fue capaz de renunciar a cobrar del club cuando fue despedido. Y se fue sin recordar que fue el propio presidente quien le mantuvo en el cargo en su segundo año, cuando Barcelona y su entorno mediático era un clamor exigiendo su cese. La memoria le jugó malas pasadas a El Maestro.  

Recomienda a Roger al Ajax

Sport desvelaba en 2006 que “Cruyff sugiere a Ten Cate que se lleve a Roger al Ajax”. Dicho y hecho. Encotnces volvía a mandar también en el Ajax. Los directivos no podían inmiscuirse en los fichajes, pero él sí. Porque él era mucho más que un directivo. Él era El Maestro. Como era de esperar, Roger no destacó en el Ajax.  

Jordi a Ucrania

Poco después su hijo Jordi fichaba por el Metalurg de Donetsk y se iba a Ucrania con Pichi Alonso de entrenador tras haber sido nombrado mejor jugador de un mundialito de veteranos de andar por casa jugado en Sitges, plaza fuerte de Laporta.

Profeta en baja forma

Durante las semifinales del Mundial de 2006, acabaría de redondear su nulo éxito como adivino. Después de apostar por España, que quedó eliminada en la segunda ronda, profetizó que “para el bien del fútbol la mejor final es un Alemania-Francia. Italia y Portugal, que jueguen su final, ojalá sea la consolación, y que se aburran mutuamente”. Italia ganó la final aburriendo a Francia con una superioridad incontestable. “Lo que echo en cara a Portugal es que están empeñados en imitar un estilo que no es el suyo ni es atractivo.” ¿Tenía quizá mejor estilo Holanda? ¿Trataba de jugar al fútbol total? ¿Era ese su estilo? ¿Tenía futbolistas para jugar así? Hasta el mejor maestro podía equivocarse. “Cuando Brasil ganó el Mundial de Corea me cansé de decir, ronda a ronda, victoria tras victoria, que Brasil le hacía un flaco favor al fútbol”. El odio nublaba su vista. Y Holanda sigue sin ganar un Mundial. Ni jugando bien ni jugando mal. Ni con cracks ni sin cracks.

 

No sabe de estatutos, pero opina

El 20 de julio de 2006 manifestaba a Mundo Deportivo: “Sobre las normas de los estatutos no tengo ni idea“. Ni falta que hacía. Su propio instinto era suficiente para opinar sobre el tema. ¿Para qué perder el tiempo leyendo algo tan aburrido? Era mucho mejor opinar, aún sin tener ni idea. Eso era el Estilo Cruyff. Pura improvisación. Y sentando cátedra.

El escándalo de la Creu de Sant Jordi

La Creu de Sant Jordi, la más alta condecoración que concede el Govern de la Generalitat, fue otorgada a Johan Cruyff sin que se conozca a día de hoy en base a qué merecimientos. La entrega de medallas se efectuó en un magno escenario, el Gran Teatro del Liceu, y Johan Cruyff se ausentó porque ese día, un lunes, un profesional de la comunicación responsable como él debía atender sus compromisos laborales con la Cadena televisiva holandesa NOS, en donde debía comentar los partidos de la Champions League del martes y miércoles. Cruyff demostraba así el nulo conocimiento que tenía de la vida pública catalana. Vamos, que después de más de 30 años aún no sabía dónde estaba. Y tampoco se le veía interesado por documentarse. Tamaño desprecio dio pie a algunos a plantearse qué había hecho Cruyff para hacerse merecedor a una distinción tan importante. Por ejemplo, Vicenç Serrat en infoesports.com el 20 de septiembre de 2006: “He dado muchas vueltas a los posibles méritos de Johan Cruyff para conseguir la Creu de Sant Jordi. La verdad es que no he encontrado muchas. Creo que el Gobierno de la Generalitat, formado por el PSC e ICV, ha valorado que Cruyff, que tiene relación con Barcelona desde 1973, no pone mala cara, ni hace muecas, cuando le hacen una pregunta en catalán. Es más, 33 años después, cuando le hacen preguntas en catalán no necesita que se lo repitan: las entiende a la primera. ¿Que no lo habla? Esto ya sería hilar demasiado fino. Otra posible razón sería que Cruyff siempre ha sido un hombre muy desinteresado cuando se ha tratado de promocionar el país (Catalunya, claro) en otros países. No se conoce un embajador mejor de Catalunya. Seguro que el Govern, en su decisión, ha valorado que Cruyff nunca ha denunciado a su amado club, el FC Barcelona, para cobrar la liquidación de su contrato cuando dejó de ser entrenador del FC Barcelona. Pedía 300 millones y terminó cobrando 9 ... Ah, que tiene un hijo que se llama Jordi. Quizás sea esta última la guinda que ha hecho que el Govern le dé a Cruyff la Creu de Sant Jordi. Por cierto, ¿cuál es la nacionalidad del muchacho? Para obtener la Creu de Sant Jordi, una persona o una entidad deben proponer el nombre de un tercero para su concesión. ¿Nos explicará alguien quien ha sido el avalista de Johan Cruyff? " Domènec García no quiso dejar pasar la oportunidad de expresar su punto de vista en e-noticies.com: "Cruyff no habla nada de catalán después de haber estado treinta años entre nosotros, como jugador fue un fracaso (una Liga y una copa en cinco años, tras los cuales el Barça quedó arruinado) y como entrenador tuvieron que ayudarle desde los despachos para ganar lo que ganó. Y no es cuestión ahora de entrar en detalles. Pero si tengo que buscar y encontrar un gesto de Cruyff a favor de Catalunya (repito, Catalunya y no un partido o unos políticos, que no es lo mismo), no encuentro ninguna. En estos momentos, su fundación se llama Foundation, en inglés, y qué poco le costaría que se llamara Fundació, ¿verdad? Y también recuerdo que hace ya muchos años, cuando el Barça contrató Meyba como primer suministrador de ropa deportiva, Cruyff nunca quiso vestir esta marca, en un claro desprecio hacia una firma catalana que buscaba abrirse paso entre los monstruos globales de la materia. Cruyff pedía dinero extra para vestir Meyba. Al final, uno llega a la conclusión de que la Cruz de Sant Jordi se la han dado para ayudar a los convergentes sector negocios a echar a Núñez del Barça, porque no había suficientes cojones para hacerlo en las urnas. Y encima, el holandés no se dignará a recogerla, eso es otra prueba del poco valor que se le da a este galardón”.

Un mal tipo

El periodista José María García le atizó con dureza definiéndole como “un mal tipo” en una entrevista concedida a Santi Giménez para Sport el 13 de octubre de 2006. “Respetándole como deportista, Cruyff es un mal tipo. Suker, que asegura tener testigos, me ha repetido mil veces que si no fue al Barça por 500 millones fue porque se negó a tener al suegro de Cruyff como representante. Luego ficharon a Kodro por 700 millones”.

Le subía la ficha a sus compañeros

Explicaba Xavier Bosch en la contraportada de Mundo Deportivo el 4 de octubre de 2005 una anécdota de Paco Fortes sobre su época de futbolista: “Paco Fortes jugaba una buena media de partidos en el primer equipo pero su sueldo estaba lejos del de las estrellas de la época. Harto de pedirle un aumento de sueldo al presidente Montal y no salirse con la suya, se lo comentó a su compañero de habitación Johan Cruyff que, por aquel entonces, estaba en lucha contra Weisweiler y decidió tomar las riendas de la negociación. El 'Flaco' pidió audiencia al presidente, Montal le recibió y Johan le dijo que para su fútbol, tener a Fortes al lado era básico, y que para hacer un buen tándem era imprescindible que le subiese un poco la ficha. Agustín Montal no le supo negar el aumento a Paco Fortes. Pronto llegó a internacional absoluto con España. Luego, con la marcha de Cruyff, también se fue Paco Fortes”. Ésta era una variante de su frágil doctrina futbolística. Se trata, como ya hemos visto, de que los directivos no pueden ni deben adoptar decisiones técnicas. Se suponía que eso quedaba reservado, en su opinión, para los técnicos. Lo que desconocíamos es que la decisión de mejorar una ficha pueda salir de un compañero de vestuario. De cualquier forma, no debe sorprender la anécdota, porque en aquel Barça de Montal Cruyff, además de capitán del equipo, era el capitán del banquillo y el capitán de los despachos. Quizá porque entonces no hubo ningún secretario técnico capaz de ponerle firmes, el Barça de los setenta se rigió a través de la autogestión de Johan Cruyff, que fue muy feliz tratando con directivos timoratos que no se atrevían a pararle los pies.

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Cruyff marca la línea: "no hace falta fichar"

E-noticies.com reflexionaba sobre el mercado de invierno el 20 de noviembre de 2006: “Johan Cruyff ha asegurado en su página quincenal en La Vanguardia que el Barça no necesita fichar otro delantero para cubrir las bajas por lesión de Eto'o, Messi y Saviola. El ex entrenador azulgrana afirma que con los recursos que cuenta Frank Rikjaard es suficiente para afrontar los ocho partidos que le quedan al Barça hasta las vacaciones de Navidad. Cruyff valora que en el mes de febrero los lesionados ya estarán en condiciones de jugar y también que la nueva incorporación no podría debutar hasta el mes de enero. El holandés de manera puntual, apostaría por algún jugador del filial antes que por contratar un futbolista en el mercado invernal. Del mismo modo, Cruyff considera que a mitad de temporada es prácticamente imposible encontrar jugadores del nivel adecuado por el Barça. ¿Se acordará Cruyff de las contrataciones de Davids, Albertini y Maxi López?”. Esa temporada el Barça no fichó a nadie en invierno y acabó el año en blanco.

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