El barcelonismo tiene otro motivo más de orgullo y celebración. Y es que Pep Guardiola cumple 600 partidos entre su etapa como jugador y como entrenador. Toda una vida dedicada a un club (excepto sus experiencias en México e Italia), a defender unos colores, por los que siente una pasión desmesurada y a los que le debe todo lo bueno que le está pasando. Guardiola debutó el 16 de diciembre de 1990 con el primer equipo del Barça como jugador, y un 31 de agosto de 2008 como entrenador. Aquel debut como entrenador será recordado por la inesperada derrota en Los Pajaritos, pero lo que luego le sucedió aún hizo más grande la figura de Pep, que se sobrepuso a algunas dudas desde el cuerpo directivo y terminó consiguiendo el triplete en su primera experiencia como entrenador.
Guardiola ya formó parte del hasta su llegada mejor Barça de la historia (el Dream team de Cruyff), con el que consiguió la primera Copa de Europa de la historia del club en 1992 e impuso una forma d ejugar y entender el fútbol que hasta aquel entonces sólo se había podido apreciar en el Milan de Sacchi o en el Ajax del propio Cruyff, unos años antes.
Pep quedará para siempre ya en la retina y el corazón de los barcelonistas, que esperan con ansia el anuncio de su renovación, que significará la prolongación por otro año del sueño más dulce de la historia del Barça, que muchos querrían que fuera eterno.