Golpe bajo a la línea de flotación de Rosell en Brasil
| 2012-02-15
| Administrador
Ricardo Teixeira no solamente es el hombre fuerte del fútbol brasileño desde su condición de presidente de la Confederación Brasileña y del Comité Organizador de la Copa del Mundo Brasil 2014, es también -o era- el hombre llamado a suceder a Joseph Blatter como presidente de la FIFA en 2015. Es decir, estaba llamado a convertirse en el hombre con más poder del fútbol mundial. Sin embargo, Teixeira, que se encuentra en su sexto mandato al frente del fútbol brasileño, ha sido el centro de atención de los medios de comunicación locales, que le han relacionado con diversos asuntos de corrupción en alguno de los cuales aparece el nombre de Sandro Rosell como socio y amigo. Teixeira ha perdido la confianza de la nueva presidenta de Brasil, Dilma Roussef, que prefiere apoyarse en nombres como Pelé o Romario, y prefiere verle lejos del panorama futbolístico brasileño para ofrecer una imagen de limpieza y transparencia.
En este contexto hay que situar el asunto de la trama de blanqueo de dinero en la que se vio envuelto Ricardo Teixeira y en la que apareció con papel de protagonista Sandro Rosell a través de su polémica y misteriosa empresa Alianto domiciliada en Brasil. De hecho Sandro Rosell ha aparecido relacionado con Teixeira en dos casos de corrupción en Brasil.
Los lazos que unen a Ricardo Teixeira y Sandro Rosell van más allá de la simple amistad o de una puntual relación comercial. Ambos tienen intereses comunes en Brasil, ambos tienen intereses comunes en Qatar y ambos tenían planificado un plan de acción una vez el brasileño accediera a la presidencia de la FIFA. De confirmarse la dimisión forzada de Teixeira, Sandro Rosell perderá maniobrabilidad en los planes de negocio relacionados con el fútbol que tenía programados para los próximos meses y años.