Los madridistas aterrizaron cerca de las 12 de la noche en la capital rusa al aliento de cerca de un centenar de aficionados que coreaban al unísono un claro: “¡Vamos, Real, contigo hasta el final!”. Ese calor era la antítesis de lo que les esperaba fuera, donde los -12º de temperatura dejaban claro que la temperatura sería su gran rival.
El equipo blanco está preocupado por el estado del césped donde este martes disputarán la ida de los octavos de final de la Champions League frente al CSKA de Moscú. Un terreno de césped artificial que esta mañana presentaba un estado casi congelado, como ya pudo comprobar el Athletic de Bilbao la semana pasada al enfrentarse al Lokomotiv de Moscú en la Europa League.
Los jugadores y el cuerpo técnico probarán de primera mano el estado del mismo a las 14:00 hora española, cuando realicen el entrenamiento previo al partido de este martes. Hay miedo a los resbalones y las caídas, las cuales podrían poner en problemas el juego vertiginoso del equipo blanco, ya que el césped no les beneficiará para nada. Así, los blancos tendrán n que tener especial atención a la climatología en un partido en el que tiene que presentar su candidatura al cetro europeo.