Pinto salió a la desesperada fuera de área en un balón dividido entre Piqué y Soldado. Resbaló y tocó el balón con la mano. El portero del Barça debió de ver la cartulina roja. Así lo reconocieron el propio Pinto y Guardiola, quien reconoció que esa jugada pudo cambiar el signo del partido.
Error arbitral de González Gonzalez en el partido contra el Valencia correspondiente a la ida de las semifinales de Copa. Los protagonistas admiten públicamente la jugada. Cuando las decisiones arbitrales benefician al Barça se asumen. Un comportamiento que en Madrid les produce urticaria y en donde la palabra autocrítica está prohibida. La culpa es siempre de los árbitros y de esta manera se cuidan bien de tapar los propios defectos.
Higuaín realizó una parada excepcional en el partido de Liga disputado entre el Valencia y el Madrid en Mestalla. Desde el suelo y en el área pequeña el delantero del Madrid desvía el balón claramente con la mano, tras un disparo a bocajarro de Soldado. Corría el tiempo de descuento, con 2-3 en el marcador, el penalti podría haber representado el empate para los ché.
Los Teixeira, fans de Mou
Ningún blanco reconoció la falta. El aparato mediático madridista con toda la desfachatez posible ratificó que el balón había dado en el pecho. Andujar, ‘rabillo’ Oliver en su teatrillo para Marca sostuvo que no existió penalti porque el balón dio en el pecho de Higuaín. Acertó el colegiado para Andujar, quien añadió que había realizado un magnífico arbitraje. El nombre del trencilla que se hizo el sueco era Teixeira Vitienes, ¿les suena? Por supuesto. En esta ocasión fue José Antonio el hermanísimo de Fernando, protagonista por aguantar carros y carretas en el partido de Copa contra el Madrid contra el Camp Nou.
En una escena de la mítica película ‘Aterriza como puedas’, hay una cola de pasajeros dispuestos a atizar a una señora que se ha puesto histérica en el vuelo. En el choque copero contra el Barça, hubo cola de los jugadores del Madrid, con Mourinho al frente, para llamar de todo y atizar de valiente a Teixeira con el absoluto beneplácito del organismo arbitral que ha callado y mirado a otro lado.
En ese mismo enfrentamiento, las entradas “animales” de Lass debieron de ser sancionadas con las cartulinas correspondientes por su dureza y reiteración. Y si es cierto de que Pinto tendría que haberse ido a la caseta antes del descanso, igual de evidente que Lass tendría que haber tomado el mismo camino. Pudo haber cambiado el partido de Valencia, pero también, sin duda alguna el del Camp Nou.
“Nosotros no hablamos de los árbitros ni bajamos al parking a esperarlos”, apuntaba el directivo azulgrana Jordi Moix. Deportividad frente al más absoluto juego sucio y marrullero, que viene adornado por los personajes que están, pero no están como el ínclito Paramés. A quien le faltó tiempo para lanzar sapos y culebras contra el Barça y atacar, una vez más a los árbitros. El portavoz de Mourinho destacó “una nueva regla, el portero puede tocarla con la mano fuera del área sin ser expulsado” y se pregunta si es para todos o para algunos. Viva la hipocresía.