El circo culé se desmorona

El circo culé se desmorona

| 2012-02-14

| Administrador

En Barcelona van de mal en peor. Una vez que han dicho adiós a sus ilusiones de ganar la liga y con el Madrid en un colchón de diez puntos, los problemas crecen y crecen en casa de los culés. La no renovación de Pep Guardiola es la piedra de toque para que el círculo vicioso comience a rodar y el fin de ciclo se atisbe como una realidad palpable.

Al entrenador azulgrana le han entrado un mar de dudas sobre continuar o no en el club catalán, lo que está provocando las dudas en la directiva, que ya busca un sustituto por si el técnico decidiera no continuar en Can Barça. Guardiola está viendo la realidad y está le asusta. Un planificación horrenda, una forma física puesta en tela de juicio y continuas salidas de tono que no suelen ir con la imagen de falsa modestia que él mismo propugna.



El vestuario es el gran talón de aquiles de Guardiola, en el cual parece ya no tener ni voz ni voto, como ya le ocurriera en su momento a Frank Rijkaard. Los jugadores van a su rollo, y las salidas del sendero marcado por Pep se reflejan en el campo. Gerard Piqué, Dani Alves, Messi y compañía pasan por su peor momento físico. Tres de los pilares del equipo son los señalados. El central es más conocido por salir en la prensa rosa y por intentar dar consejos a sus rivales que por sus buenas actuaciones sobre el césped, venidas a menos por toda la vorágine que rodea su relación sentimental con Shakira. Alves está más fiestero que nunca desde que se separó de su mujer, situación que le podría haber llevado a salir más de la cuenta y arrastrar con él a algunos miembros de la plantilla. Además, a Guardiola no le gustan nada las declaraciones altisonantes del lateral en las que siempre intentan meter cizaña con el Madrid y ya les ha avisado que corte el grifo, pero él ha pasado olímpicamente de las palabras de su técnico. El caso más sangrante en Can Barça es el de Leo Messi. Su estrella no carbura, no reacciona. Desde que vino de vacaciones –situación que tampoco gustó a varios miembros de la plantilla culé porque el argentino contó con más días de descanso- su flor se ha apagado. No hay rastro de aquel jugador sobresaliente, todo lo contrario, el delantero es pura apatía y parece que todo podría estar propiciado por un mal momento personal que le está afectando a su rendimiento y le habría llevado a añorar su Argentna natal.

A parte de la situación de la plantilla, Guardiola ya no aguanta más la picaresca y osadía de la directiva culé, la cual cree que le ha ninguneado. El técnico azulgrana piensa que no tiene ni voz ni voto en las decisiones de los que mandan y este hecho podría ser la gota que colmara el vaso y pusiera fin a una relación de cuatro años.



El fin de ciclo se palpa en el sentimiento culé. Las piezas del puzzle se dispersan y no se encuentra la manera de que estas encajen. El buen momento anímico, físico y deportivo del máximo rival, el Real Madrid, está haciendo mella en Can Barça, el cual se está convirtiendo en un círculo vicioso al cual se le plantean muy pocas salidas, y una de las principales, y que daría al traste con las ilusiones de muchos seguidores culés es la marcha de Guardiola, situación que podría provocar el desvanecimiento de todo el proyecto deportivo barcelonista.