Luis Enrique y Quique Sánchez Flores serán rivales en los banquillos en el derbi del próximo domingo, que enfrentará al Barça y al Espanyol. Pero lo que poca gente recuerda es que mucho antes, en la etapa de jugadores, compartieron vestuario y una gran amistad. Ambos formaron parte de la plantilla del Real Madrid de la temporada 94-95 y de la 95-96, y eran inseparables. Cuenta La Vanguardia que durante esos años vivieron experiencias contrapuestas, como la alegría de endosarle una manita al Barça para ver como al curso siguiente sufrir una caída completa con el Madrid. Cuenta el medio que comparten muchas similitudes, puesto que ninguno de los dos guarda simpatía al conjunto blanco después de su salida. La historia de Luis Enrique es de sobra conocida, y Flores tiene mucho más cariño por el Valencia, donde militó diez años.
Cuenta La Vanguardia que el entrenador del Espanyol y el del Barcelona no sólo se unían para disfrutar del fútbol en el campo. También lo hacían para divertirse con los videojuegos de la NBA, una de las aficiones de Sánchez Flores. De hecho, cuando lo destituyeron en el Valencia se fue a Estados Unidos a ver partidos de baloncesto. Para finalizar, dejan una anécdota entre los dos. De tanto ‘vicio’ que tenían por jugar, había piques sanos entre partida y partida. Hasta el punto de que en una ocasión los dos se encontraban jugando y en el fragor de la partida el asturiano rompió sin querer una mesa de cristal y se hizo un corte en una mano. Los dos grandes amigos se verán las caras de nuevo el domingo, pero lo que estará en juego son tres importantes puntos en Liga, vitales tanto para el Barça como para el Espanyol.
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